Nuevo Libro Blanco de la Defensa

maquina-de-combate.com – El Ministerio de Defensa del Ecuador ha presentado su renovada política de defensa nacional como núcleo central de su nuevo Libro Blanco de la Defensa. La presentación se llevó a cabo el 9 de enero pasado, en un acto presidido por el vicepresidente del Ecuador, Otto Sonnenholzner y el ministro de Defensa, general en retiro Oswaldo Jarrín Román.

Para el vicepresidente Sonnenholzner la nueva política de defensa nacional aborda temas fundamentales para la estabilidad y paz en el Ecuador. La última política de defensa del Ecuador data del año 2006.

El Libro Blanco fue publicado por el presidente Lenín Moreno Garcés mediante el Decreto Ejecutivo No 633, también suscrito por el ministro de Defensa, quien afirmó que “las amenazas se caracterizan en la época actual por ser grupos irregulares armados, como lo es el mismo narcotráfico, como lo es el terrorismo. Esto demanda de parte de la sociedad, una protección en su seguridad, en su bienestar, en su permanencia, en la ley, en la infraestructura, en su territorio”.

“Por esta razón, los objetivos planteados en la política de defensa, significa el compromiso que tienen las Fuerzas Armadas con las otras instituciones para velar por un control efectivo del territorio nacional, para lograr la protección de la población, de sus recursos, del patrimonio nacional, que estén vigilados, que estén protegidos por estas instituciones, particularmente por la defensa nacional”, agregó el ministro Jarrín.

El mismo ministro, en el prologo del Libro Blanco, señala que su promulgación y difusión constituye una medida de transparencia y confianza mutua en la comunidad internacional.

En el texto del Libro Blanco se puede leer en el acápite ‘Ámbito regional’ que “La ausencia de conflictos armados interestatales en los últimos años en Sudamérica, debido a la adopción de la diplomacia como la vía para su solución, ha permitido considerarla como una zona de paz; sin embargo, no se descarta el empleo del Poder Militar debido a la confrontación de intereses y a un desbalance del actual poder relativo de combate que existe entre Fuerzas Armadas de la región”.

En el acápite ‘Ámbito nacional’ se indica “en el ámbito fronterizo, la demarcación de los límites terrestres con Perú y Colombia también ha aportado significativamente en las relaciones bilaterales; no obstante, se ha evidenciado la necesidad de materializar acciones de coordinación que permitan combatir las actividades ilícitas en las zonas fronterizas”.

“Con el Perú, se destaca la relación fluida que se enmarca en una lógica de cooperación entre las Fuerzas Armadas, especialmente en materia de desminado humanitario. Entre otras actividades de cooperación relevantes se destacan: la vigilancia, monitoreo de zonas fronterizas marítimas y terrestres. No obstante, la falta de control en la explotación de los recursos naturales renovables y no renovables en las fronteras marítimas y terrestres podría desencadenar en tensiones”.

En el acápite “Escenario de la Defensa en el año 2030” se señala “producto de la reducción de la injerencia ideológica en los organismos de integración regional se favorece a estos como espacios par ala solución de conflictos, impulsando la integración en el ámbito de seguridad y defensa”.

“Existe un aumento de los presupuestos de defensa de los países de la región, como consecuencia del empleo de las Fuerzas Armadas en acciones para la seguridad interna y externa de los Estados. Además, se evidencia un desbalance militar entre los países como consecuencia del desarrollo de sus capacidades militares y el incremento del apoyo y cooperación militar y económica a los países de la región por parte de las potencias mundiales y regionales”.

“En ciencia y tecnología para la defensa se fomentan las alianzas estratégicas alcanzando cierto nivel de independencia tecnológica, gracias a la integración de la industria de defensa como elemento facilitador para sustentar las operaciones. Existe un incremento en el acceso a las tecnologías militares por parte de los países de la región debido a que las industrias de defensa de las potencias buscan abrir nuevos mercados o aliados estratégicos que se encuentran en crecimiento”.

En el acápite “Concepción política de la defensa” se señala “La actitud estratégica del Estado ecuatoriano es defensiva, fundamentada en la prevención y la alerta temprana. Considera el empleo de la fuerza militar en caso de una inminente amenaza externa que ponga en riesgo la integridad de los ciudadanos, del territorio y de los intereses estratégicos y vitales del Estado. Cuenta con unas Fuerzas Armadas que poseen capacidades estratégicas conjuntas para acciones de preparación, prevención, disuasión defensiva, defensa y cooperación internacional para el empleo militar ante amenazas y riesgos, sustentadas en el concepto de legítima defensa”.

“Las Fuerzas Armadas participan en el desarrollo económico del Ecuador como generadoras de encadenamiento productivo, a través de las actividades vinculadas a la industria de la defensa y los institutos de investigación de las Fuerzas Armadas, cuyas capacidades coadyuvan al desarrollo nacional y a la disminución de la dependencia externa en el ámbito tecnológico y científico”.

En la sección “Objetivos estratégicos de la defensa” se enumera el control efectivo del territorio nacional, incluyendo ámbitos marítimos y aéreos; apoyar a la población en situaciones de conmoción interna o desastres; fortalecer las capacidades estratégicas conjuntas de las Fuerzas Armadas que sean indispensables para mantener una capacidad de disuasión y defensa; contribuir a la cooperación internacional; y contribuir al desarrollo nacional.

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