– Con la aviación civil en grave crisis por la pandemia del Covid-19

maquina-de-combate.com – La Comisión de Transportes y Comunicaciones del Congreso del Perú ha aprobado un dictamen en el que se busca declarar de interés nacional la creación de una aerolínea de bandera con capitales públicos y privados.

La aprobación del dictamen se ha concretado el 2 de febrero, en una coyuntura en la que Perú atraviesa un resurgimiento de contagios del nuevo coronavirus, aún espera un primer lote de vacunas contra el Covid-19 (el gobierno transitorio ha optado primero por las vacunas más caras y menos efectivas, aunque negocia en términos muy favorables para los laboratorios el acceso a otras vacunas y no se ha escuchado apoyo alguno al desarrollo de la vacuna peruana), no distribuye mascarillas, protectores faciales y/o ivermectina de manera gratuita en lugar de encerrar a la gente en sus casas sin acceso a alimentos, pretende detener temporalmente y de manera inconstitucional a aquellos que infrinjan la absurda cuarentena, entre otras perlas del gobierno transitorio.

La pandemia del Covid-19 ha generado una enorme crisis en la aviación civil internacional por las restricciones aplicadas al traslado de pasajeros, y es en estos precisos momentos en los que el Congreso de la República pretende apoyar la creación de una aerolínea de capitales mixtos para que funcione como aerolínea de bandera, en lugar de promover la inversión de capitales privados locales en el segmento.

Asimismo, el Congreso olvida que no tiene iniciativa de gasto y que no tiene facultades para promover una inversión inicial de 75 millones de dólares en una aerolínea de bandera (según estimaciones de los congresistas), o en cualquier otro proyecto. Para eso, en todo caso, está el Poder Ejecutivo, que está haciendo lo suyo para evitar el fuerte rebote estadístico que se proyecta para el Producto Bruto Interno (PBI) de Perú este año y que puede revertir buena parte del desastre que ha sido el año 2020.

Lamentablemente, no se podrán recuperar las vidas perdidas a causa de la falta de camas UCI, generadores de oxígeno, la no aplicación de procedimientos apropiados para detectar el coronavirus, no haber aplicado cercos epidemiológicos o medidas absurdas como las cuarentenas masivas que están regresando al Perú a los años setenta y ochenta. 

Es harto conocido en el Perú que el Estado es un pésimo empresario, ya es hasta cansino estarlo repitiendo cada cierto tiempo, bastando revisar las cifras de costo de la modernización de la Refinería de Talara para quedar pasmado por las cuantiosas cantidades de dinero de los contribuyentes peruanos que se está malgastando en un refinería que con esa inversión debería ser de las más grandes del mundo, estando muy lejos de ello.

Cabe anotar que este mismo Congreso complementario está intentando estatizar los fondos de pensiones de millones de peruanos a través de una asolapada reforma al sistema privado de pensiones. Otro absurdo más. Esperemos que esto sirva de inolvidable lección para que el peruano entienda de una buena vez que no se puede disolver un Congreso porque algunos congresistas caen antipáticos, y menos, cerrarlo de manera inconstitucional.  

Dicho sea de paso, la industria de la defensa es un segmento muy particular por la alta calificación que requieren las empresas para desempeñarse con efectividad en este competitivo rubro industrial. Aún así, los márgenes de empresas como SIMA Perú son muy reducidos porque intenta generar efectos multiplicadores y conocimiento especializado en la industria local, pero eso no es el resultado de una ley sino de las capacidades de sus ejecutivos y la dinámica generada con las empresas locales e internacionales a lo largo de los años. Eventualmente, cuando la industria local sea más dinámica, se introduzca más empresas peruanas en el mercado internacional de alta calificación, empresas como SIMA, SEMAN y FAME deberán ser manejadas con criterios más estrictos de ganancias y pérdidas. SIMA Perú ha demostrado que es autosostenible y se espera que genere mayores ingresos en el futuro. Lo mismo se espera de SEMAN Perú y FAME. Por el contrario, una línea aérea va a generar otro forado más en el golpeado erario nacional.

Si bien es cierto la crisis del Covid-19 y la resultante crisis en la aviación civil está reduciendo los costos de adquisición de las aeronaves comerciales de segunda mano, no es menos cierto que ese hecho es el evidencia palpable de las serias dificultades que sufren actualmente las aerolíneas de capitales privados.

Hoy más que nunca, el Estado debe concentrar sus recursos en suministrar servicios de salud, educación y defensa (incluyendo seguridad) de la mejor calidad posible, y no lo está haciendo, por el contrario solamente se le ha ocurrido al gobierno transitorio encerrar a la población para que los alimentos aparezcan por generación espontánea en sus mesas. Tienen que darse cuenta aquellos que pretendan gobernar el Perú que se tienen que reducir Ministerios para tener más recursos para ofrecer servicios básicos a la población. El Perú no es Europa, muy poca gente y empresas pagan tributos, y el gasto corriente se está elevando a niveles insostenibles.

Prestar servicios comerciales de transporte aéreo no es asunto del Estado peruano. Si quieren competir con LAN, pues promuevan en coordinación con el Poder Ejecutivo – la gestión de Transportes le corresponde al Ministerio del sector – las condiciones para que los privados locales inviertan en el segmento después de la pandemia, tal vez, pagando menos impuestos, teniendo preferencia en rutas locales, reduciendo el cobro de impuestos para empresarios peruanos – sin socios extranjeros – que adquieran aeronaves para uso comercial, negociando mejores acuerdos de navegación aérea con otros países, entre otros.

La Asamblea General de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) estimó en noviembre de 2020 que las pérdidas en la aviación civil internacional ascenderán a unos 118 500 millones de dólares a causa de la pandemia. El director de la IATA, Alexandre de Juniac, ha calificado a la crisis del sector aeronáutico civil como “devastadora e implacable”.

Avión de pasajeros de Aerolínea Argentinas, otra línea aérea de bandera en crisis. Foto: Aerolíneas Argentinas

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