Estados Unidos espera ahora reducir gasto en armamento con China y Rusia
– Contradictoria política exterior
– Estilo corporativo de gobierno que busca resultados
maquina-de-combate.com – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha afirmado que espera iniciar conversaciones con sus homólogos de China y Rusia para reducir los gastos en armamento. El anuncio se realizó en el contexto de la cumbre G20 que se realiza en Buenos Aires, Argentina, a la cual asisten los mandatarios de las principales potencias e invitados varios.
Dando muestras una vez más de una contradictoria política exterior, el gobierno de Estados Unidos ha indicado que este año invierte 716,000 millones de dólares en su sector Defensa, cuando meses atrás el mandatario estadounidense se congratulaba por haber logrado tan importante presupuesto para sus Fuerzas Armadas, lo cual por cierto es una tradición de los presidentes del Partido Republicano, invertir fuerte en su sector Defensa.
Lamentablemente, hoy en día las circunstancias son otras tras la trascendental decisión que tomó el gobierno de Estados Unidos en 2008-2009 al inyectar a borbotones recurso monetario en su mercado – a sabiendas de la aceptación internacional del dólar – en lugar de aplicar un shock económico para intentar devolverle sinceridad y fortaleza a la economía nacional de Estados Unidos. El resultado, una inmensa deuda pública, con intereses cada vez más abultados.
Si bien es probable que pocos o ningún político estadounidense puede estar más calificado para afrontar niveles altos de deuda que el señor Trump, y que las contradicciones que evidencia en su política exterior son en realidad el típico tira y afloja de una mesa de negocios – la economía estadounidense se viene recuperando notablemente – en el campo diplomático tales idas y venidas representan inestabilidad y la carencia de una hoja de ruta definida a largo plazo.
Cabe aquí preguntarse ¿Qué es más importante para el gobierno de Estados Unidos? y la respuesta es muy simple, lo que es más importante para cualquier otro gobierno, el bienestar de su población.
Sin embargo, para el mercado internacional de la Defensa, es decir, para potenciales clientes de sistemas de armas y equipos militares fabricados en el gigante norteamericano, puede significar que hoy compran y mañana no van a poder utilizar lo adquirido para asegurar su soberanía en territorio propio, es decir, para la Defensa.
Las armas se compran para usarlas si es necesario – en situaciones de legítima defensa, por cierto – no para esperar que te de permiso el fabricante. Y en teoría, nadie obliga a nadie a comprarle equipos militares, aunque vale anotar que existe hoy en día una valla a superar para comprarle a Rusia por las sanciones que le ha impuesto Estados Unidos a raíz de la anexión unilateral de Crimea.
Para países pequeños, con presupuesto de Defensa reducidos, que intentan comprar más por calidad que cantidad, o una combinación aceptable, para sus Fuerzas Armadas, las idas y venidas en política exterior son motivo suficiente para ponerse a resguardo y colocarle más peso a la confiabilidad de suministros al momento de la toma de decisiones de compra.
Sin duda interesante el estilo de gobierno del señor Donald Trump, un estilo que según las cifras le está haciendo bien a la economía de su país, y es de esperar, que también le haga bien a las empresas de la base local de la industria de la Defensa, al haber recordado que es primero presidente de Estados Unidos antes de asumir cualquier responsabilidad global, y por ello es que reclama a los otros países de la OTAN que inviertan más en Defensa.
La moraleja en todo caso del estilo corporativo de gobierno que aplica Estados Unidos por estos años, de su intensa búsqueda de crecimiento económico para generar bienestar en la población local, a contraposición del estilo retrógado de gobierno de andar intentando refundar la República cada cierto tiempo que sigue siendo popular en otras latitudes, es que sin desarrollo no hay defensa y sin defensa no hay desarrollo, donde la gran cuestión es saber encontrar el punto de equilibrio.
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