– Por serie de equivocaciones ante la propagación global del Covid-19

maquina-de-combate.com – La presidencia de Estados Unidos ha instado por escrito a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a llevar a cabo un prioritario proceso de reorganización para evitar futuros errores y tardanzas ante riesgos tan graves para la salud global como el nuevo coronavirus.

Estados Unidos cuestiona severamente la cercanía de la dirigencia de la OMS con el gobierno de China y su demora en declarar una pandemia por la evidente expansión del Covid-19 en una inmensa cantidad de países.

El presidente de EEUU, Donald Trump, le ha dirigido una extensa carta al director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la que detalla la serie de cuestionamientos y errores cometidos en la OMS, errores que no contribuyeron a detener en la misma China al Covid-19 y que le viene costando la vida a cientos de miles de personas alrededor del mundo y el derrumbe de la economía global.

Trump le advierte a Tedros Ghebreyesus que si no toma acciones inmediatas, la suspensión aplicada el 14 de abril de 2020 por la administración estatal de EEUU de suspender las contribuciones a la OMS (EEUU, no siendo el país más poblado del planeta es el que más aporta recursos económicos a la OMS) se tornará en permanente.

Estados Unidos ha revisado las acciones tomadas y no tomadas por la OMS y ha llegado a las siguientes conclusiones:

– La OMS ignoró consistentemente reportes creíbles sobre la propagación del virus en Wuhan, China, a inicios de diciembre de 2019 o incluso desde antes, incluyendo reportes del diario médico Lancet sobre el tema. La OMS no investigó de manera independiente la versión del gobierno chino, incluyendo aquellas versiones que provenían desde el mismo Wuhan que contradecían las afirmaciones del gobierno chino.

– A más tardar el 30 de diciembre de 2019, la oficina en Beijing de la OMS sabía de una preocupación mayor contra la salud pública en Wuhan. Entre el 26 y 30 de diciembre, la prensa local resaltó evidencias del surgimiento de un nuevo virus en Wuhan, reportes que se basaban en datos de pacientes que fueron recolectados por compañías especializadas chinas.

Además, el doctor Zhang Jixian, del Hospital Provincial de Hubei, informó a las autoridades sanitarias chinas que un nuevo coronavirus causaba un enfermedad no antes vista que por entonces afectaba a 180 pacientes.

– Al siguiente día, las autoridades taiwanesas le comunicaron a la OMS que se producían transmisiones del virus entre humanos. La OMS escogió no compartir esa información con el resto del mundo, probablemente por motivos políticos.

– Las Regulaciones Internacionales de la Salud le requieren a los países reportar riesgos sobre una emergencia sanitaria dentro de un plazo de 24 horas. Sin embargo, China no informó a la OMS de los varios casos de una neumonía de origen desconocido en Wuhan, demorando el reporte hasta el 31 de diciembre de 2019, cuando presuntamente ya tenía conocimiento de ello días o semanas antes.

– El doctor Zhang Yongzhen, del Centro Clínico de Shangai de Salud Pública, le informó a las autoridades chinas el 5 de enero de 2020, que había secuenciado el genoma del virus. No se publicó esa información sino hasta seis días después, el 11 de enero, cuando el propio doctor la posteó en Internet. Al día siguiente, las autoridades chinas cerraron su laboratorio para una “rectificación”. Incluso la OMS laudó la publicación de los datos del doctor Zhang como un gran acto de transparencia, aunque guardó conspicuo silencio sobre el cierre de su laboratorio y la información que él había informado a las autoridades chinas sobre el brote seis días antes.

– Entre las equivocaciones que la OMS ha cometido en relación a las características del nuevo coronavirus, la Presidencia de EEUU destaca las siguientes:

1. El 14 de enero de 2020, la OMS respaldó la afirmación china, ahora abrumadoramente comprobada como falsa, que el nuevo coronavirus no se transmitía entre humanos, afirmando que “las investigaciones preliminares conducidas por las autoridades chinas no han encontrado evidencia clara de transmisión humano-a-humano del nuevo coronavirus (2019-nCoV) identificado en Wuhan, China”. Esta aseveración está en conflicto directo con los reportes censurados que provenían desde Wuhan.

2. El 21 de enero de 2020, el presidente de China, Xi Jinping, supuestamente presionó al director general de la OMS para que no declare al brote del coronavirus como una emergencia. Aparentemente, el director general accedió y al día siguiente le dijo al mundo que el coronavirus no representaba una Emergencia Sanitaria Pública de Preocupación Internacional. Solamente una semana después, el 30 de enero, ante la abrumadora evidencia de lo contrario, la OMS tuvo que revisar su postura.

3. El 28 de enero de 2020, tras una reunión con el presidente Xi Jinping en Beijing, el director general de la OMS alabó la “transparencia” del gobierno chino con respecto al coronavirus, anunciando que China ha establecido un “nuevo estándar para el control de brotes” y que además le “compró tiempo al mundo”. El directo general de la OMS no mencionó que China había, para ese momento, silenciado o castigado a varios doctores por hablar acerca del virus y que habían restringido a instituciones chinas sobre la publicación de información sobre el virus.

Incluso cuando la OMS declaró al brote del Covid-19 como una emergencia sanitaria pública el 30 de enero, el director general falló al no presionar a China para una oportuna admisión de un equipo de expertos médicos internacionales y por ello, ese equipo de especialista llegó a China recién dos semanas después, el 16 de febrero de 2020. Sorprendentemente, la OMS calló cuando China le denegó el ingreso a Wuhan a dos miembros estadounidenses de ese equipo de especialistas.

El director general alabó además las estrictas restricciones aplicadas a los viajes de personas al interior de China, pero estuvo en contra de que Estados Unidos cierre su frontera, o que prohibiera el arribo de personas desde China. El presidente Trump enfatiza que la prohibición se aplicó en contra de los deseos del director general de la OMS y responsabiliza al director por las consecuencias fatales de su accionar en la materia, tal y como otros gobierno que sí le hicieron caso, demoraron al instaurar restricciones a los viajes desde y hacia China.

Increíblemente, el director general de la OMS, reforzó su posición el 3 de febrero, opinando que China estaba haciendo un gran trabajo protegiendo al mundo del virus y diciendo que las restricciones a los viajes causaban más daño que bien. Para entonces, el mundo ya sabía, antes de la cuarentena generalizada de Wuhan, que las autoridades chinas habían permitido que cinco millones de personas abandonaran la ciudad y que varios de esas gentes se iban a destinos internacionales alrededor del mundo.

Delegaciones reunidas en la Asamblea Mundial de la Salud. Foto: Organización Mundial de la Salud

– Hacia el 3 de febrero de 2020, China presionaba fuertemente a los países para que levantasen o aplazaran las restricciones a los viajes. Esta campaña de presión fue apoyada por las afirmaciones incorrectas del director general de la OMS ese mismo día, diciendo al mundo que la propagación del virus fuera de China era mínima y lenta y que las probabilidades de contagios fuera de China era muy baja.

– El 3 de marzo de 2020, la OMS citó datos oficiales chinos para rebajar la grave seriedad del riesgo de una propagación asintomática, informando al mundo que el Covid-19 no se transmite tan eficientemente como la influenza y que a diferencia de la influenza, esta enfermedad no era principalmente dirigida por personas infectadas pero no aún enfermas. 

El director general le informó al mundo que la evidencia china mostraba que solamente un 1% de los casos reportados no tienen síntomas, y que la mayoría de esos casos desarrollan síntomas dentro de dos días. Varios expertos, sin embargo, citaron datos desde Japón, Corea del Sur y otros lugares que vigorosamente cuestionaron esas afirmaciones. Es ahora claro que las aseveraciones chinas, repetidas por la OMS, eran sorprendentemente imprecisas.

– Para el momento que el director general finalmente declaró al virus como una pandemia el 11 de marzo de 2020, el virus ya había matado a 4000 personas e infectado a más de 100 000 personas en por lo menos 114 países alrededor del mundo.

– El 11 de abril de 2020, varios embajadores africanos le han escrito al Ministerio de Relaciones Exteriores de China acerca del trato discriminatorio que recibe africanos en relación a la pandemia en Guangzhou y otras ciudades de China. El director general de la OMS estaba al tanto que las autoridades chinas llevaban a cabo una campaña de cuarentenas forzadas, desalojos y negación de servicios contra los nacionales de esos países. El director general no ha comentado sobre las acciones racialmente discriminatorias en China, pero sin embargo, sin base alguna catalogó de racistas las justificadas quejas de Taiwán sobre el incorrecto manejo de esta pandemia.

– A través de esta crisis, la OMS han sido curiosamente insistente al alabar a China por su supuesta ‘transparencia’. El director general de la OMS se ha unido consistentemente a esos tributos, a pesar de que China ha sido cualquiera cosa menos transparente. A inicios de enero, por ejemplo, China ordenó destruir muestras del virus, privándole al mundo de información crítica. Incluso ahora, China continúa minando las Regulaciones Internacionales de Salud al negarse a compartir data precisa y oportuna y muestras virales, y al retener información vital acerca del virus y sus orígenes. Y a la fecha, China continúa negando el acceso internacional a sus científicos e instalaciones relevantes, mientras que culpa y censura sin mayor cuidado a sus propios expertos.

– La OMS ha fallado al no solicitar públicamente a China a que permita una investigación independiente sobre los orígenes del virus, a pesar del reciente respaldo a dicha iniciativa por el propio Comité de Emergencia de la OMS. Dicha falla a motivado a los países miembros de la OMS a solicitar una revisión independiente, imparcial y exhaustiva de proceder de la OMS durante esta crisis. La resolución emitida durante la Asamblea de Salud Mundial también solicita una investigación sobre los orígenes del virus, la cual es necesaria para entender cómo mejor contrarrestar a esta enfermedad.

Probablemente el peor error de todos es que la OMS pudo hacer mucho mejor las cosas. Hace unos años, bajo el liderazgo de la directora general Harlem Brundtland, la OMS demostró al mundo lo que le puede ofrecer. En 2003, como respuesta al brote del SARS en China, la OMS emitió su primera advertencia de emergencia sobre los viajes. No lo hacía desde hace 55 años recomendaba no viajar desde o hacia el epicentro del brote en el sur de China. La entonces directora general no dudó al criticar a China por poner en peligro la salud pública al intentar cubrir el brote a través de su libro usual, al arrestar a aquellos que se arriesgaban a publicar los datos y censurando a la prensa. Muchas vidas se hubieran salvado si Tedros Adhanom Ghebreyesus hubiera seguido el ejemplo de Harlem Brundtland.

La Presidencia de Estados Unidos concluye su extensa carta señalando que queda claro las repetidas equivocaciones cometidas por el director general y la OMS al responder a la pandemia han sido extremadamente costosas para el mundo. El único camino hacia delante para la OMS es mostrar independencia de China.

La administración Trump ya ha iniciado conversaciones con el director general sobre opciones para reformar la OMS. Pero se necesita actuar rápidamente. No hay tiempo que perder. Y es por ello que el gobierno de EEUU le informa al director general de la OMS que si no se emprenden substanciales grandes mejoras dentro de los próximos 30 días, la suspensión temporal de las contribuciones económicas de Estados Unidos a la OMS se volverá permanente y que EEUU reconsiderará su membresía en dicha organización.

Representación digital del virus SARS-CoV-2. Foto: Organización Mundial de la Salud

 

Fuente:
– Carta dirigida por la Presidencia de Estados Unidos al director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, con fecha 18 de mayo de 2020.