– En lugar de reducir gasto corriente, evalúa impuesto confiscatorio y sigue aumentando la deuda pública

maquina-de-combate.com – La administración estatal que culmina sus funciones en julio de 2021 ha tenido la controvertida idea de implantar un impuesto confiscatorio que será aplicable a las personas que tengan ingresos a partir de 10 050 soles.

El nuevo impuesto que se proyecta recaudará unos 300 millones de soles mensuales hasta diciembre, se sumaría de manera temporal – en un país donde lo temporal se torna permanente – al impuesto a la renta que ya grava los ingresos de los contribuyentes y que en el Perú es uno de los más altos de la región. Es un impuesto confiscatorio.

Cabe recordar que existen varios grandes proyectos mineros que pueden ser activados y que representan inversiones por varios miles de millones de dólares.

Asimismo, en lugar de incrementar la distribución de víveres y agua potable, haciendo uso de las capacidades de las Fuerzas Armadas, las parroquias y organizaciones populares que brindan servicios de apoyo a la alimentación, al gobierno se le ha ocurrido la gran idea de donar 5168 millones de soles bajo la etiqueta “Bono Familiar Universal”, no para pagar por uno, dos o tres meses, dependiendo del monto que ello significara, los recibos de agua, luz y teléfono directamente a los proveedores de los servicios, para que las familias se olviden por un par de meses de esa preocupación, no para comprar alimentos, suministrar agua potable, sino para que la gente nuevamente tenga que juntarse en plena pandemia y disponer de un monto único de 760 soles.

No se puede negar la hora de necesidad, pero se está intentando atacar el síntoma, no la causa. La distribución no reembolsable de alrededor de 1500 millones de dólares del tesoro público, dineros suministrados por los contribuyentes, se pudo evitar con una cuarentena mejor implementada, sin tanta restricción horaria para que la gente no se acumule en tiendas y mercados, sin tanto cambio que genere confusión y más aglomeraciones, y con la aplicación de más pruebas moleculares para identificar con mayor certeza a las personas contagiadas. El gobierno incluso ha rechazado la compra rápida de pruebas moleculares a una empresa surcoreana.

Por su parte, el Ministerio de Economía y Finanzas continúa en su proyecto de incrementar la deuda pública y ha colocado otros 3000 millones de dólares en bonos (por la coyuntura extraordinaria se han debido conseguir tasas aún más bajas) cuando el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) tiene a su disposición líneas de crédito de contingencia en caso de real necesidad por hasta 18 000 millones de dólares.

Los bonos se deben emitir para dinamizar o reactivar actividades de producción, no para financiar gasto corriente, ojo.

A diferencia del Poder Ejecutivo, el BCRP lidera un ambicioso programa de apoyo a la economía nacional, vía garantías a préstamos que haga el sistema financiero nacional a tasas de interés muy reducidas, para apoyar a las empresas de de diversos tamaños a superar la difícil coyuntura. Se podría evaluar incrementar los plazos de retorno del préstamo.

En lugar de reducir el Estado, eliminar y fusionar Ministerios, en lugar de dar ejemplo de solidaridad y reducir los sueldos al presidente y ministros, se está haciendo lo contrario, se le pide solidaridad a otros, se busca exprimir más a los pocos contribuyentes que tributan, se busca incitar a las personas a llevar sus ahorros al extranjero y se busca crear dependencia en la población.

El gobierno peruano prepara así un globo de ensayo económico que tiene bases ideológicas muy distantes de los postulados que llevaron a la administración estatal a ganar la elecciones generales de 2016, un ensayo que perjudica un plan de recuperación económica que debe evitar el retorno del Perú a décadas pasadas de populismo, demagogia y pobreza.

Parece empeñada la administración estatal del señor Vizcarra en replicar el fracaso del programa de reconstrucción del norte, pero en esta oportunidad a nivel nacional. 

Es fundamental que el gobierno reduzca gastos innecesarios, asesorías, publicidad estatal, reduzcan o fusionen Ministerios (más de un Ministerio debe ser un instituto, adscrito a otro sector). Las responsabilidades principales del Estado son salud, educación, defensa (incluyendo seguridad) e infraestructura pública.

Y sobre los reiterados retiros de fondos de las AFP, esperemos que cada uno de las personas que dispondrán de su dinero de jubilación de manera anticipada, es sin duda su dinero, pero esperemos que se hagan responsables de sus actos, y mañana más tarde no veamos reclamos de su parte a consecuencia de haber tomado la decisión equivocada.

Actualización al 29 de abril de 2020:
El Congreso de la República complementario tramita el Proyecto de Ley N° 508/2020-CR que crea el Impuesto a las Ganancias para personas naturales y jurídicas. El proyecto de ley es una iniciativa del congresista Betto Barrionuevo Romero, miembro del grupo parlamentario Somos Perú.

El nuevo impuesto tendría carácter temporal, se aplicaría en el período fiscal 2020 y 2021. En realidad, sería complicada su aplicación para el presente año.

La propuesta del congresista Barrionuevo señala que el impuesto se aplicaría sobre utilidades netas, rentas y otras fuentes de ingreso recurrente, a beneficios por la transferencia de dominio de bienes a cambio de un ingreso.

La tasa del impuesto se propone como variable, 1% para ganancia imponible entre 10 millones de soles y 50 millones de soles; 2% entre 51 y 1000 millones de soles; y 3% a partir de 1000 millones de soles.

Si bien la nueva propuesta tiene también carácter confiscatorio, el impuesto se aplica sobre ganancias netas y a partir de montos considerablemente altos, a diferencia de la propuesta del primer ministro, que pretende gravar los ingresos de personas que reciben ingresos a partir de 10 050 soles.

En líneas generales no estamos de acuerdo con impuestos confiscatorios, las personas naturales o jurídicas a los que les afecta la propuesta parlamentaria ya están gravados con impuestos en el sistema tributario peruano. La propuesta es además poco oportuna porque es en estos momentos que se debe transmitir confianza a los grandes inversionistas para que traigan sus capitales al Perú, no al revés, se deben promover las grandes inversiones, no ahuyentarlas.

El fisco tiene recursos suficientes para afrontar la crisis provocada por las medidas de respuesta al Covid-19, a menos que dichos recursos sean desperdiciados por el gobierno. La deuda pública sigue creciendo, gracias al Ministerio de Economía y Finanzas. Plata hay.

Además, el Banco Central de Reserva del Perú se ha echado el país al hombro con el programa Reactiva Perú, uno de los planes más ambiciosos de la región para reactivar la actividad económica.

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