– Disolución del Congreso y juramentación de un nuevo gabinete

maquina-de-combate.com – La decisión de Martín Vizcarra de disolver el Congreso de la República ha causado polémica a nivel internacional y local. No ha quedado claro si el objetivo era buscar gobernabilidad, cumplir con las norma (las reglas) o simplemente cerrar el congreso con una irritante mayoría opositora.

Si el objetivo era lo primero, la pronta convocatoria a elecciones generales es el camino adecuado. Si el objetivo era lo segundo, se han doblado procedimientos y formas para circunnavegar el ordenamiento constitucional. Si el objetivo era lo tercero, las cuestiones de confianza no hubiesen cesado hasta lograr el cometido.

Asi las cosas, el día de hoy ha juramentado un nuevo gabinete de ministros, al tiempo que se asoma la amenaza de que el Perú reduzca su calificación crediticia, la inversión pública ha crecido 1% en los primeros nueve meses del año, no se han realizado compras relevantes para la defensa y los gastos en consultoría no cesan de aumentar.

El procedimiento seguido para disolver el Congreso de la República, irritante como es este Parlamento, ha levantado la ceja de la mayoría de constitucionalistas que han expresado su opinión en medios de prensa y/o redes sociales. Califican lo sucedido desde infracción constitucional, ruptura del orden constitucional hasta golpe de estado. Aquellos a favor, pues están a favor y no ha pasado nada, normal no más, cantidad de argumentos han encontrado en Google los menos brillantes para justificar lo sucedido.

La posición adoptada por el alto mando militar y policial también se ha hecho notar. Algunos oficiales en retiro han expresado su posición contraria al pronunciamiento efectuado por las Fuerzas Armadas, Comando Conjunto y Policía Nacional.

¿Y cuál es esa posición ? Que su misión, su función, no es decidir quién es el jefe temporal del Estado, que a ellos no les compete decidir si tal o cual es presidente, que a ellos, y así lo han expresado en sus comunicados, solamente les compete resguardar el orden interno (Policía Nacional del Perú) y defender la integridad territorial del Perú (Fuerzas Armadas y Comando Conjunto). Asimismo, es una práctica aceptada internacionalmente considerar como presidente de la República en ejercicio a aquella persona, hombre o mujer, que despacha en tal calidad en la Casa de Gobierno, en el caso del Perú, en el Palacio de Gobierno. Esa persona, hoy, no es otra que Martín Vizcarra Cornejo.

Sin embargo, existen cuestionamientos muy pertinentes sobre la legalidad y constitucionalidad del procedimiento seguido por el Poder Ejecutivo para disolver un poder público independiente como el Poder Legislativo, aquel que representa a todos los peruanos, con sus virtudes y defectos, aquel espejo donde se mira el pueblo y ahora le dicen al mundo que no le gusta lo que están mirando y que han decidido colocar en la picota a los congresistas, todos en la misma bolsa, justos pagando por pecadores, confundiendo responsables de un lado con el otro.

Dichos cuestionamientos no deben ser soslayados si la legitimidad indubitable es el objetivo. Si no importa, pues sigamos adelante a ver que pasa.

Sede del Congreso de la República del Perú en la ciudad de Lima. Foto: Congreso de la República

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