La Universidad John Hopkins y HRW recomiendan respuesta a la ONU por crisis humanitaria en Venezuela
– Campaña de asistencia humanitaria a gran escala dentro y fuera de Venezuela
– Crisis humanitaria amenaza con expandirse a la región
maquina-de-combate.com – El Centro para Salud Humanitaria y la Escuela Bloomberg de Salud Pública de la Universidad John Hopkins, junto a Human Rights Watch (HRW) han solicitado a la ONU una respuesta a gran escala para la grave crisis alimentaria y sanitaria en Venezuela.
En un reporte conjunto de fecha 4 de abril de 2019, las entidades de salud de la Universidad John Hopkins y HRW señala que mientras en Venezuela se desarrolla un conflicto político entre la oposición (con el presidente encargado Juan Guaidó a la cabeza en el camino de retorno a la democracia) y el régimen (con un Nicolás Maduro que ha sobreextendido la invitación que le hiciera el pueblo venezolano años atrás para ocupar la Presidencia), la población del atribulado país sudamericano se enfrenta a una dramática crisis humanitaria, cuya extensión y real gravedad es imposible de conocer porque las autoridades locales no han publicado datos al respecto y han tomado represalias contra aquellos que así lo hicieron.
El sistema de salud pública en Venezuela ha colapsado y se registra un incremento en lo niveles de mortalidad infantil y materna, enfermedades prevenibles y otras infecciosas se expanden. El éxodo masivo de más de 3.4 millones de personas hacia países de la región está ejerciendo presión sobre los sistemas de salud en los países receptores.
Para tener éxito en cualquier plan de asistencia humanitaria se requiere del liderazgo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La combinación de escasez de medicinas y alimentos, junto al incremento de enfermedades desde las fronteras venezolanas equivale a una emergencia humanitaria compleja que requiere de una completa respuesta de entidades humanitarias de la ONU.
Un giro en 2018 del régimen venezolano, desde la negación de la crisis humanitaria a reconocer una crisis económica, permitió el ingreso de cierta ayuda humanitaria al país pero es insuficiente para atender las dimensiones de la emergencia. La crisis humanitaria, señala el reporte, precede a las sanciones aplicadas al sector petrolero venezolano.
El reporte añade que el secretario general de la ONU, António Guterres, debe liderar esfuerzos para desarrollar un plan integral de respuesta humanitaria, tanto dentro como fuera de Venezuela. El plan debe respetar los principios de humanidad, neutralidad, independencia e imparcialidad en la provisión de la asistencia. debe incluir además una evaluación independiente sobre la extensión de la crisis, el establecimiento de prioridades por parte de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU y garantizar el acceso a alimentos, medicinas y suministros médicos, además de un plan concertado para asistir a venezolanos desplazados fuera del país.
El sistema de salud pública en Venezuela está en declive desde el año 2012, habiendo empeorado las condiciones desde 2017. Los apagones que se iniciaron en marzo pasado han deteriorado aún más la capacidad de los hospitales públicos para responder adecuadamente a las necesidades sanitarias de la población.
Los casos de malaria se han multiplicado desde 36,000 en 2009 hasta 414,000 en 2017 y se considera en un documento preparado con asistencia del Ministerio de Salud de Venezuela que la malaria se ha vuelo endémica en el país por la falta de campañas de prevención, escasez de medicinas y la minería ilegal (que crea piscinas de agua donde se reproducen los mosquitos). Entre 2014 y 2017, los casos de Tuberculosis han aumentado desde 6,000 hasta 13,000. Asimismo, Venezuela es el único país en el mundo donde los pacientes con VIH han sido forzados a suspender sus tratamiento por la falta de retrovirales.
Datos oficiales de 2016 indican que la mortalidad materna se incrementó en 65% y la mortalidad infantil en 30%, en un año. Venezuela es el único país en América del Sur en el que las tasas de mortalidad infantil han revertido a las cifras que se tenían en la década de 1990. El ministro de Salud venezolano que reveló estos datos fue removido de su cargo unos días después.
En cuanto a nutrición, Venezuela no reporta datos desde el año 2007, pero la FAO (La Organización de Alimentos y Agricultura de la ONU) indica que el 5% de la población venezolana estaba subalimentada entre 2008 y 2013, mientras que esa cifra ascendió a 11% entre 2015 y 2017. Un estudio de tres Universidades locales concluye que el 2/3 de la población venezolana ha perdido un promedio de 11 kilogramos de peso corporal en 2017.
El reporte agrega que a pesar de la abrumadora evidencia que Venezuela está sumergida en una crisis humanitaria, el régimen de Maduro continúa minimizando en público la situación, suprime información sobre la crisis y ha hecho muy poco para aliviarla.
El régimen de Maduro es el principal responsable de la ausencia de una respuesta a la crisis venezolana. En primer lugar no ha reconocido la extensión de la crisis y tampoco ha invitado a agencias de la ONU a evaluar de manera independiente la situación para coordinar una respuesta efectiva. Las autoridades venezolanas están contribuyendo – continúa el informe – al sufrimiento de la población. Si bien es cierto que las autoridades venezolanas están en su derecho de rechazar cualquier oferta de asistencia, así hacerlo solamente incrementa su responsabilidad para trabajar en alternativas para atender la crisis y a la fecha los esfuerzos desplegados han fallado.
Impacto fuera de Venezuela
El éxodo masivo de venezolanos está generando presión en los servicios sanitarios en la región. En el norte de Santander, en Colombia, se ha registrado un agudo incremento de los casos reportados de venezolanos buscando atención médica por infecciones agudas, crónicas o infecciosas, desde 182 casos en 2015 a 5,094 en 2018. Según datos del gobierno colombiano, más de 8,000 mujeres embarazadas han ingresado a Colombia para dar a luz. Estas mujeres no tenían acceso a cuidados prenatales en Venezuela. En 2018, 45 mujeres experimentaron serias enfermedades relacionadas a su estado de gravidez o por el alumbramiento y siete de ellas murieron.
En Brasil se experimentaron los primeros casos de sarampión a inicios de 2018, tras casos no confirmados en 2015. Más de 10,000 casos se han confirmado desde entonces a enero de 2019. El tipo de enfermedad es idéntica a los brotes registrados dentro de Venezuela. Un 61% de los casos en el Estado de Roraima, Brasil, han ocurrido entre venezolanos. La malaria también ha surgido en Roraima, donde el número de casos entre venezolanos se ha incrementado de 1,260 en 2015 a 2,470 en 2016 y 4,402 en 2018, y continúa el incremento de casos. También se incrementa la ocurrencia de HIV y tuberculosis.
Recomendaciones
El reporte hace una serie de recomendaciones a diversas entidades para atender la cada vez mas crítica situación humanitaria de Venezuela.
Al secretario general de la ONU, António Guterres le recomienda admitir públicamente que Venezuela enfrenta una crisis humanitaria compleja y priorizar la adopción de medidas para atenderla por parte de cuerpos de la ONU especializados en la materia.
Hacer entender a las autoridades venezolanas que son responsables por garantizar que la ONU pueda implementar una respuesta humanitaria equivalente a la gravedad de la crisis.
Designar a un Coordinador de Ayuda de Emergencia para garantizar a Organizaciones No Gubernamentales acceso a la data oficial sobre la materia para realizar una evaluación independiente, garantizar la implementación de una respuesta humanitaria a gran escala liderada por la ONU en Venezuela, garantizar que los equipos de la ONU tengan el mandato expreso para manejar la seria crisis humanitaria que atraviesa Venezuela y que tenga capacidades de movilización y equipos para ello, eliminar los obstáculos para la implementación de la operación humanitaria a gran escala, incluyendo permisos de estadía y autorizaciones para importar alimentos, medicinas y suministros médicos, garantizar la priorización del respeto a los derechos humanos de los venezolanos al momento de implementar la ayuda humanitaria.
Al Consejo de Seguridad de la ONU se le recomienda reunirse regularmente para evaluar el impacto de la crisis venezolana más allá de sus fronteras, solicitar reportes frecuentes al secretario general, al coordinador designado y a la alta comisionada de derechos humanos sobre la crisis humanitaria y la respuesta implementada.
A la alta comisionada de derechos humanos se le recomienda documentar las violaciones a los derechos a la salud y alimentación en Venezuela, urgir a las autoridades venezolanas a entregar documentación sobre temas de sanidad, seguridad alimentaria y nutrición para mejor evaluar las dimensiones de la crisis, y recomendar al Consejo de Derechos Humanos la creación de un Comisión Internacional de Indagación para investigar los abusos cometidos en Venezuela contra manifestantes desde el año 2014 y violaciones a los derechos a la salud y alimentación.
Al Grupo de Lima, Estados Unidos y países de Europa les recomienda organizar una cumbre de alto nivel con organizaciones humanitarias de la ONU y grupos de la sociedad civil de Venezuela para desarrollar un plan de asistencia humanitaria de corto plazo, canalizar la ayuda humanitaria a través de la ONU, continuar imponiendo sanciones contra aquellos oficiales venezolanos involucrados en sanciones a los derechos humanos y asegurar que las sanciones no impidan el ingreso de alimentos, medicinas y suministros médicos a Venezuela.
Al régimen venezolano le recomienda garantizar el completo acceso al país de las agencias humanitarias de la ONU y a Organizaciones No Gubernamentales para la implementación de la campaña de asistencia humanitaria a gran escala.
Con información de https://www.hrw.org/sites/default/files/report_pdf/venezuela0419_web.pdf