Kamala Harris aplicaría impuestos a ganancias de capital no realizadas y significativo aumento al impuesto a la renta

– Aumento de presión fiscal a contribuyentes para financiar parte del mayor gasto público que propone implementar.
– Las ganancias no realizadas a personas que tengan más de 100 millones de dólares, no impactará directamente a la clase media pero por efecto rebote imprimirá significativo daño cuando esos millonarios se lleven sus recursos a otro país. En todo caso sería el momento para que América Latina aproveche la eventual fuga de capitales desde Estados Unidos.

Frenética actividad en la Bolsa de Valores de Nueva York. Foto: Bolsa de Valores de Nueva York

Estados Unidos – Día 0084 – Reportes no oficiales han filtrado a la prensa estadounidense la supuesta intención de la candidata presidencial del Partido Demócrata, Kamala Harris, actual vicepresidente en la administración del presidente Joseph Biden, de implementar un impuesto del 25% a las ganancias de capital no realizadas a personas que tengan recursos y activos por más de 100 millones de dólares y un aumento al impuesto de la renta que pasaría a 28%.

Un impuesto a ganancias de capital no realizadas implica, por ejemplo, que si invierte en acciones de una empresa y esas acciones suben de valor pero usted no vende esas acciones, el Estado le cobraría de todas maneras un porcentaje de esas ganancias, aunque no h aya vendido sus acciones para materializar la ganancia potencial. Impuesto confiscatorio por donde se le vea.

Durante su presidencia, Donald Trump hizo lo contrario a lo que ahora propone Kamala Harris y dinamizó significativamente la economía estadounidense. Trump, de hecho redujo el impuesto a la renta de las corporaciones desde 35% a 21%, teniendo pensado bajarlo aún más, hasta 15%, lo que probablemente haría si los estadounidenses se sacan el turbante de la cabeza y se dan cuenta de lo que se les viene con una nueva administración del Partido Demócrata. Desde ya tienen la deuda pública por las nubes.

En parte de la prensa estadounidense se está tomando como ejemplo a Noruega sobre los dañinos efectos que tiene un impuesto tan confiscatorio como el de las ganancias de capital no realizadas. En Noruega se implementó un impuesto similar con la esperanza de recaudar unos 150 millones de dólares. Lo que sucedió en realidad fue una tremenda fuga de capitales, la que es estimada en unos 54 mil millones de dólares y una reducción anual de 600 millones de dólares en la recolección de impuestos. Unos 30 multimillonarios se llevaron sus ingentes recursos a otros países.

El capital no conoce fronteras y eso sucede siempre que un gobierno ávido de recursos fiscales para financiar políticas absurdas intenta confiscar más de la justa proporción. El capital simplemente fuga, se va a invertir en otros lares. Y teniendo Estados Unidos más de 9000 personas con más de 100 millones de dólares, la fuga de capital puede ser histórica, la mayor fuga de capitales de la historia universal.

Durante el desastroso y felizmente corto (por su autogolpe) desgobierno de Pedro Castillo, del Perú fugaron más de 20 mil millones de dólares. Perú es un país económicamente chico, de ingresos medios. En Estados Unidos, la potencial fuga de capitales puede ser simplemente descomunal.

En todo caso, si los estadounidenses no despiertan a tiempo y eligen a Kamala Harris como presidente, y si la señora Harris aplica estas políticas tributarias, sería el momento perfecto para que varios países de América Latina, incluyendo al Perú, para captar una inmensa cantidad de recursos, inversiones, nuevos residentes con gran cantidad de recursos. Una oportunidad que también sería histórica. Los principales destinos se ubicarían seguramente en otras latitudes, pero la oportunidad estaría allí también para los países debajo de México. A México, con la presidente que han elegido, es probable que ese tren se le pase de largo.

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