General César Briceño llama la atención sobre el injusto procesamiento judicial de militares peruanos que lucharon contra el terrorismo
– Poder Judicial hace caso omiso de leyes aprobadas por el Congreso en materia tan básica como la no retroactividad en materia penal, a menos que favorezca al reo.
Perú – Día 0201 – En la ceremonia por un nuevo aniversario de la creación del Ejército del Perú, el general EP César Briceño Valdivia, comandante general del Ejército, pronunció el discurso de orden en mérito a la significancia de la fecha tanto para el Perú como para el instituto armado, recordando todos los hitos que han marcado a la institución, las batallas ganadas, que no son pocas, aquellas perdidas, la lucha contra el terrorismo salvaje de Sendero Luminoso y el MRTA, la definición y cierre definitivo de las fronteras, hitos que han colaborado decididamente a darle forma al Perú de hoy, un país en vías de desarrollo que intenta encontrar camino propio pero de la mano de las inversiones nacionales y extranjeras, enlazado irreversiblemente al intercambio de bienes y servicios con el mundo.
En la ocasión, el general Briceño tomó la oportunidad para resaltar que «en 1980, dos organizaciones terroristas emergieron de nuestras debilidades congénitas, se hicieron de huestes que creyeron que asesinando, incendiando, causando dolor o saboteando el desarrollo cambiarían las condiciones desventajosas de millones de peruanos. Nuestro Ejército, con el apoyo de las otras instituciones armadas, junto con la Policía Nacional y el esfuerzo de su pueblo lograron doblegar al monstruo, fuimos el escudo que soportó el impacto y a la vez, la metralla que poco a poco fue derruyendo sus cimientos, fuimos la moral de los caídos y el bastión donde se protegía nuestra población».
Briceño agregó que «los cabecillas terroristas, ataviados de un mesianismo abominable y letal, le declararon la guerra al Perú, dijeron que sus enemigos morirían y que sus cenizas se esparcerían por los confines del mundo. El Ejército le hizo frente en cada rincón de la Patria y en el camino recordó esa vieja lección: La unidad nacional fue el arma más eficaz. Se fue escribiendo a un duro costo la historia de nuestra victoria contra Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tüpac Amaru. Nadie, absolutamente nadie, tiene razón contra el Perú. Hoy, tantos años después que se iniciara esa fatídica guerra contra nuestra nación, es imperativo mencionar la situación que atraviesan muchos de nuestros valerosos militares, quienes han sido acusados injustamente de crímenes de lesa humanidad durante la lucha contra el terrorismo. Estos hombres y mujeres defendieron a la Patria en uno de los momentos mas oscuros de nuestra historia reciente, enfrentando a un enemigo que atentó contra la paz y la democracia».
«Como institución, reiteramos nuestro compromiso con la justicia y la verdad, y exigimos un proceso imparcial y objetivo que respete los derechos fundamentales de quienes arriesgaron sus vidas por el Perú. No olvidemos que su sacrificio fue decisivo para garantizar la libertad y la seguridad de nuestra nación. Todavía seguimos en guerra, no nos detenemos, estamos en un conflicto permanente por rescatar al Perú de amenazas letales como el terrorismo que da manotazos de ahogado en la selva del VRAEM, el tráfico ilícito de drogas, de la minería ilegal y de aquellos peligros que reptan por nuestra sociedad de manera silenciosa, tratando de enquistarse en nuestras debilidades. Nuestro respeto y compromiso con cada uno de ustedes, camaradas de armas, integrantes del glorioso Ejército del Perú, hombres y mujeres, oficiales, supervisores técnicos, suboficiales, empleados civiles, clases y soldados, combatientes de todas las sangres, que desde sus alejados Puestos de Vigilancia, Bases de Control Territorial y cuarteles, sostienen y garantizan la independencia, soberanía e integridad territorial».
«Mientras haya un soldado en pie, con su fusil, el Perú existirá», aseveró al inicio de su discurso.
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