– Para suplir capacidades de transporte aéreo ante interrupción del programa de adquisiciones
– Momento favorable para compras de oportunidad por las restricciones adoptadas ante el Covid-19

maquina-de-combate.com – La Fuerza Aérea del Perú se ha interesado en la compra de un avión de transporte de segunda mano para suplir las capacidades de transporte aéreo que no ha recuperado por la interrupción del programa de adquisiciones militares a partir de mediados de 2016, una para agudizada entre 2018 y 2019.

La carencia de los medios suficientes ante requerimientos mayores a los usuales, producto por ejemplo de un desastre natural de cierta magnitud, se hizo más que evidente durante la temporada de lluvias de los primeros meses de 2017, cuando un inusual Fenómeno El Niño se llevó la vida de más de 100 peruanos.

Países vecinos e incluso Estados Unidos tuvieron que ayudar a la FAP para cubrir las necesidades de transporte aéreo durante aquella emergencia.

La pandemia del Covid-19 no ha hecho sino confirmar la urgencia por recuperar las capacidades de transporte aéreo en las Fuerzas Armadas del Perú. Sin embargo, una serie de muy torpes medidas implantadas por el gobierno peruano vienen estimulando la propagación del nuevo coronavirus y además provocan niveles de endeudamiento público y un descalabro económico no visto en el Perú desde el año 1987.

No contentos con ello, regresan las voces estatistas, tanto en el Legislativo complementario como en el Ejecutivo. Si a veces, hasta parece que lo hicieran a propósito, vuelve a insistir el gobierno en en una aerolínea estatal de bandera. Entre 1987 y 1990, el PBI (Producto Bruto Interno) del Perú registró una caída acumulada de aproximadamente 25%, de la mano de un Estado que intentó hacerla de empresario.

Además, el Perú ahora comparte posiciones en cuanto a número de personas contagiadas por el Covid-19 a nivel global con países que tienen varias veces la población del Perú. Lo único que se ha logrado aplanar – más bien, hundir – es la economía nacional.

Y si tomamos en cuenta que los programas para generar una industria local de la Defensa e integrarla a las cadenas de suministro global en alianza con la industria privada local se están perdiendo de vista y que el presupuesto de las Fuerzas Armadas sigue dependiendo de los impuestos pagados por los contribuyentes, con una crisis económica en ciernes, las perspectivas para el interrumpido programa de modernización militar no son muy favorables, diciendo esto con las palabras más suaves que se puedan utilizar.

También debemos recordar que en el sector Defensa se está regresando a los tiempos de las compras reservadas. Con cada vez menos frecuencia se viene abriendo información sobre adquisiciones para los institutos armados, un factor fundamental para evitar actos de corrupción en el sector.

Esperemos estar equivocados, ojalá, pero los vientos estatistas que se sienten en el Perú (a despecho del plan de gobierno con el que el pueblo peruano eligió a una nueva administración estatal a mediados de 2016), vientos que nunca han soplado en la dirección correcta en ningún país del mundo, y que nunca lo harán porque no funcionan así las cosas en materia económica, nos hace creer lo contrario.

De regreso al tema, en la lista de contrataciones estratégicas del Ministerio de Defensa del Perú para el año 2020 se ha incorporado el ítem “Adquisición de avión de transporte militar en el Grupo Aéreo N° 8 – Localidad del Callao / Bien” por un valor de 12 999 995 soles, que al cambio representan a la fecha unos 3.78 millones de dólares.

El monto asignado a dicha adquisición es indicativo de una compra que se orienta al mercado de segunda mano. La crisis que ha generado el derrumbe de las actividades de transporte aéreo comercial a causa del justificado temor al Covid-19 representa una gran oportunidad porque las aerolíneas han dejado en tierra la gran mayoría de sus flotas y para ajustar gastos habrán de colocar a la venta sus aviones más antiguos.

En ese sentido, la Fuerza Aérea del Perú se habría interesado en uno de esos aviones que las aerolíneas declararán como excedente y colocarán en venta. La FAP tiene a dos aviones Boeing 737 en servicio, un 737-200 y un 737-528, por lo que se presume que sus preferencias se orientan a otra aeronave del mismo tipo, aquellas que más encaja con el presupuesto asignado es el Boeing 737-400, la mayoría de los cuales tienen más de 20 años de uso, pero que pueden representar un importante cierre temporal de brechas si la aeronave se adquiere en buenas condiciones.

El 28 de abril de 2016, la filial peruana de la empresa colombiana Aer Caribe realizó el primer vuelo desde el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez con un avión de transporte de carga Boeing 737-400 de reciente incorporación y planeaba por entonces incorporar más aviones del mismo tipo.

De acuerdo a Aer Caribe un avión bimotor Boeing 737-400 Classic puede cargar 21 toneladas métricas a nivel del mar, lleva hasta 16 toneladas métricas de combustible, en su variante de carga puede embarcar hasta diez paletas de carga P-1 (2.10 metros de alto por 3.05 metros de ancho), tiene un alcance aproximado de 2800 millas náuticas (5185 kilómetros), su techo de servicio es de 11 277 kilómetros (37 000 pies), velocidad de crucero máxima Mach 0.74 (913 km/h), 36.45 metros de longitud, 28.88 metros de envergadura alar, 11.13 metros de altura, consume 1000 galones por hora de combustible, entre otros.

En junio de 1986, Boeing anunció el desarrollo de la variante Boeing 737-400 con capacidad para 188 asientos (dos filas de tres asientose en clase económica) para reemplazar al Boeing 727, una variante de fuselaje alargado con ligeras modificaciones en su perfil aerodinámico – extendido en 3.05 metros – del Boeing 737-300, tren de aterrizaje fortalecido y motores turbofan CFM56 más potentes que generan 97.9 kN (22 000 libras) de empuje cada uno.

Boeing 737-400 de Aero Caribe en versión carguero. Foto: Aer Caribe

 

Actualización al 19 de mayo de 2020:
La prensa especializada reporta que la Fuerza Aérea del Perú finalmente se decidió por la compra de un Boeing 737-300, de fuselaje un tanto más pequeño que el 737-400, con menor capacidad para asientos de pasajeros, motores calificados para menor potencia pero con mayor alcance.

El avión adquirido prestaba servicios en la compañía ucraniana Dream Wind, fue fabricado en 1990 y ha tenido múltiples  operadores.

 

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