Contralmirante (r) Fernando Palomino Milla: «Se requiere incrementar el presupuesto de Defensa del Perú hasta un 2% del PBI»
– Desde el actual 1.19% del PBI
– Promedio regional es 2.3% del PBI
Libro Seguridad Sudamericana y Amenazas Comunes: Hacia un enfoque nacional – El contralmirante MGP en retiro Fernando Palomino Milla ha escrito un artículo en el que señala, entre otros, que el presupuesto de Defensa del Perú debe ser equivalente al 2% del PBI. PBI = Producto Bruto Interno.
El excelente artículo del contralmirante (r) Fernando Palomino Milla se titula «Planificación estratégica y económica de la Defensa» es una clase magistral en materia de planificación para la Defensa y coloca de manera muy inteligente la problemática que afronta el sector Defensa peruano en un contexto regional en el que se aprecia comparativamente los escasos recursos que asigna el Estado peruano a las necesidades básicas de la Defensa nacional.
El artículo del contralmirante Palomino forma parte del libro «Seguridad Sudamericana y Amenazas Comunes: Hacia un enfoque nacional» que ha sido publicado en diciembre de 2018 por el Ministerio de Defensa del Perú con una introducción del ministro de Defensa José Huerta Torres.
A continuación un extracto del extenso pero interesante artículo:
La planificación estratégica de la defensa es la principal herramienta del sector, que permite proyectar y dimensionar en el tiempo los recursos requeridos por el sistema de defensa nacional y en especial las instituciones de las Fuerzas Armadas para el cumplimiento de su misión constitucional y roles de acuerdo a ley. esta planificación estratégica sectorial es complementaria a los otros sectores de la administración pública.
La planificación estratégica de la defensa tiene como principal diferencia con otros sectores al horizonte de planificación. Los horizontes de los planes, programas y requerimientos presupuestales de la defensa nacional exceden en muchos casos el período regular de la planificación estratégica nacional. La ejecución de programas de reposición de plataformas militares demanda en muchos casos años, por otro lado, los procesos de licitaciones para las compras de activos de alto valor militar son extremadamente complejos por la tecnología de punta incluida en los requerimientos técnicos.
Entre otros, las acciones estratégicas contenidas en el Plan Bicentenario se destaca aquella de «Mejorar la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas del Perú hasta alcanzar un nivel de disuasión que garantice el control y la defensa de nuestra soberanía en los espacios territorial, marítimo y aéreo».
Para Palomino (2004), la Defensa Nacional es un «Bien o Servicio Público» o colectivo al igual que la educación o la salud.
La Defensa Nacional corresponde a una función eminentemente de carácter social, como es el caso de la salud pública, educación y seguridad ciudadana, que el Estado debe suministrar y financiar. Palomino (2005): «La Defensa Nacional es un Bien Público, y como una de las funciones primordiales del Estado cuya esencia no puede ser externalizada, tiene un principal objetivo que es la de brindar capacidad de disuasión creíble ante las amenazas a su seguridad».
A diferencia de la actividad privada, la Defensa Nacional no puede ser definida por el mercado y no puede ser tercerizada ni privatizada. La ‘Inversión en Defensa’ es una inversión intangible e inmensurable para la creación de condiciones mínimas de seguridad para atraer y obtener mayores inversiones e incrementar las tasas de crecimiento de la economía, lo cual corresponde en sí a su mayor valor agregado.
La Defensa Nacional debe ser estudiada en términos económicos y presupuestales y en especial, con respecto al valor agregado que esta aporta, mediante el empleo de sus Fuerzas Armadas, siendo partícipes como agentes económicos en cada una sus economías nacionales al igual que en otros sectores; por medio de sus gastos, inversiones, ahorros (en especial, los de carácter previsional), así como la capacidad de emplear recursos humanos calificados con un régimen de remuneraciones y con una propensión al consumo.
La problemática que se presenta al momento de elaborar presupuestos de defensa nacional, especialmente en países en vías de desarrollo, deriva de manera recurrente a la paradoja «cañones o mantequilla», la Paradoja de Samuelson, en términos de costo-oportunidad. La comparación entre gastos públicos, especialmente aquellos ligados a salud y educación, y los gastos en defensa siempre están presentes por cuanto los presupuestos asignados a Defensa, a la compra de plataformas o activos militares, no estarían disponibles para otros fines, en espacial para financiar programas prioritarios de carácter social. Desde ese punto de vista, una reducción de los gastos en defensa, permitiría una redistribución del ingreso nacional para gastos en materia social y viceversa.
En mayor o menor grado, el debate público se centra en que los gastos en defensa no son prioritarios, en razón del cada vez creciente déficit de demandas sociales insatisfechas en contraposición a una reducción de las amenazas externas que eventualmente podrían afectar la soberanía nacional.
los gastos de defensa representan el costo de una póliza de seguros, que debe ser renovada anualmente por los Estados, con el objeto de protegerlos contra las amenazas y riesgos presentes.
La inversión o gasto en defensa, como consecuencia de una demanda surgida a partir de un nivel de amenazas coherentes, no podrán ir más allá de un cierto límite que por lo general se relaciona al PBI doméstico. De sobrepasarse estos límites se afectarían las capacidades de desarrollo del país.
El PBI constituye la principal variable a nivel de gastos de defensa, doméstico o regional. el incremento del PBI doméstico fuerza a los países a destinar mayores recursos para su defensa externa. Al incrementar los vecinos sus gastos en defensa se generan presiones para incrementar el nivel de gasto de defensa doméstico.
El presupuesto de Defensa en el Perú
el presupuesto de defensa del Perú ha sido históricamente regresivo y reactivo, habiéndose agudizado esta situación en los últimos 15 años, a pesar de las recientes adquisiciones durante el quinquenio 2011-2016. Representa el 1.19% del PBI y el 5.46% del Presupuesto General de la República.
Por la fuente de financiamiento Recursos Ordinarios, más del 90% del Presupuesto de Defensa se dedica a gastos fijos, ineludibles e inerciales, como son remuneraciones, obligaciones sociales, pensiones, alimentación (raciones), gastos de funcionamiento de infraestructura, centros de formación, seguros, vestuario, etc. El impacto de esta situación se refleja en un serio déficit para atender demandas sociales y afectando seriamente el entrenamiento del personal y operación de plataformas militares (aviones, buques, vehículos blindados, etc).
Es prácticamente nula la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D). En 2015, el Ministerio de Economía y Finanzas congeló más de 800 millones de soles por la emergencia del Fenómeno El Niño.
El promedio regional del presupuesto de Defensa es del 2.3% del PBI. En la región, el presupuesto de Defensa del Perú ocupa la antepenúltima posición, lo cual impacta en no poder afrontar situaciones de emergencia en el frente externo e interno.
Para graficar mejor esta dramática situación, en términos nominales y de PBI, el presupuesto de Defensa del Ecuador es mayor que el Presupuesto de Defensa del Perú. Todas las recientes adquisiciones efectuadas en el último quinquenio en el Perú no cuentan con presupuestos de sostenimiento y operación, lo cual originaría la degradación de este material en un corto plazo.
Agencia de Compras de las Fuerzas Armadas
Creada en 2012, tiene a su cargo las adquisiciones de carácter estratégico de las Fuerzas Armadas. Si bien es cierto, es un avance en materia de aplicación de economías de escala, mayor eficiencia y transparencia en el sector, consideramos que esta organización debería potenciarse hasta ser la Agencia Logística del Sector Defensa, como originalmente fue concebida.
Debe realizar las compras corporativas y estandarizadas, y el 100% de las grandes compras a nivel nacional y el total de las compras en el extranjero. Debe iniciar sus procesos desde la misma planificación logística a cargo de los institutos armados.
A manera de reflexión final se requiere incrementar el presupuesto de defensa del Perú, actualmente en 1.2% del PBI, hasta un 2% para dotar de recursos que permitan el mantenimiento, reparación, modernización y reposición de plataformas y activos de alto valor militar. La planificación estratégica de las Fuerzas Armadas en el plano logístico se encuentra muy limitada a las asignaciones presupuestales.
Bibliografía:
- «»Planificación estratégica y económica de la Defensa», contralmirante (r) Fernando Palomino Milla, Libro «Seguridad Sudamericana y Amenazas Comunes: Hacia un enfoque nacional», Ministerio de Defensa del Perú, Diciembre de 2018