Fuerzas Armadas del Perú: El regreso a los tiempos de las compras reservadas
El retroceso no es solamente a nivel presupuestal
maquina-de-combate.com – De un tiempo a esta parte, más o menos un año, una buena parte de las compras que realizan las Fuerzas Armadas del Perú se vienen realizando con carácter de reserva, incluso para adquisiciones de material tan simple como ametralladoras calibre 12.7 mm.
Buena parte de los avances logrados en el quinquenio anterior se debieron a la apertura con la que se aproximaron las Fuerzas Armadas a la industria, nacional e internacional, para iniciar los procedimientos de adquisiciones y pactar compensaciones industriales. La industria es la principal fuente de puestos de trabajo especializados, de alta calificación.
Desde el Ministerio de Defensa del Perú anunciaban qué se iba a comprar, y en efecto lo compraban.
Realizar las compras de manera pública, si bien revela qué se está comprando, disminuye significativamente las probabilidades de ocurrencia de irregularidades, porque el proceso está en la luz pública, y en los tiempos del Big Data, resulta incomprensible que se pretenda colocar un velo de duda sobre las compras del sector Defensa, una duda que ha venido costando mucho trabajo eliminar, tanto por parte de las Fuerzas Armadas, como por parte de la prensa especializada local.
Usualmente, cuando por algún motivo – puede ser justificado o no, existen ciertos límites a la apertura en las compras para la Defensa, pero el efecto es el mismo – se esconde lo que se compra, implica en realidad que, o no se está comprando el material adecuado o no se está comprando en cantidades adecuadas para satisfacer los requerimientos de las Fuerzas Armadas o se está comprando material de carácter estratégico, cuyas características en detalle, se ha optado por no revelar. En la actualidad, en el Perú, se están realizando adquisiciones en números muy reducidos o simplemente se están esperando donaciones de otros países.
Es decir, cuando no se han habilitado presupuestos, es bueno hacer una maniobra de impacto psicológico para generar un efecto disuasivo. En otras palabras, se logra un efecto disuasivo, pero tal efecto es tan delgado como las hojas de papel sobre la cual han redactado las bases del concurso.
¿Y por qué? Porque no es un efecto real, que resulta hasta perjudicial. ¿Y por qué? Porque cualquier Ministerio de Defensa que se interese de verdad por su capacidad disuasiva, y que prefiera mantener sus capacidades en la región, lo tomará como real y hará las compras correspondientes para preservar tal capacidad, generando, de hecho, un desbalance aún superior.
No es cuestión de amistad entre países, sino simplemente de Defensa, va más allá de las personas para enlazar intereses con las aspiraciones nacionales. ¿Y la «amistad» existe entre países ? En tiempos de Lava Jato se generan dudas razonables, pero los Juegos Panamericanos 2019 han mostrado que sí es posible, y sí, si puede haber amistad efectiva con otros países, pero le compete al «amigo» desprevenido, cojinova dirán algunos, desarmarse unilateralmente, para tal vez, digamos, gastarse el presupuesto en asesorías innecesarias o tal vez, digamos nuevamente, ahuyentar inversiones multimillonarias en otros sectores.
También es válido afirmar que buena parte de las informaciones reveladas sobre compras para la Defensa en el quinquenio anterior, por ejemplo, en la compra del satélite PeruSat-1 y de los aviones C-27J Spartan, fueron un logro de la Comisión de Defensa Nacional, cuyos integrantes autorizaron la difusión de las sesiones en las que realizaban investigaciones, en el canal de televisión por cable del Congreso.
También es valido anotar que las repetidas investigaciones no han encontrado irregularidades en esas y otras compras del sector, por cierto, y es también cierto que las investigaciones repetitivas han afectado muy negativamente las vidas de oficiales militares. Otro factor más para considerar muy importante la apertura en las compras
Tratar bajo reserva compras que no tiene carácter estratégico resulta preocupante porque le quita a la sociedad civil la posibilidad de divulgar información sobre la materia, de manera pública y abierta, tal y como se hace en la mayoría de países con Fuerzas Armadas bien equipadas. Asimismo, le resta oportunidades a las Fuerzas Armadas para mantener actualizados sus sistemas de armas y equipos porque se genera una falsa sensación de seguridad, que puede llegar a un punto en el que se descuidan incluso los niveles de entrenamiento de las tropas.
Recordar además que hasta el año pasado, hasta el mes de agosto, hubo un significativo ajustón – según entendemos, producto de una directiva expresa del Ministerio de Economía y Finanzas, que en lugar de recortar gastos en asesorías, recortó en Defensa – en las compras de materiales y equipos para la Defensa. El ajustón continúa este año, se hacen compras a cuenta gotas, en números muy reducidos, y se ha agregado el catalogo de «reserva» a una mayor porción de las compras, al menos, aquellas que se están haciendo.
Por ejemplo, para los vehículos 4×4 protegidos que se van a comprar para el VRAEM, para el Ejército del Perú, es probable que se demoren hasta diez años en cumplir con el requerimiento total del Ejército, diez años, y estamos hablando de vehículos 4×4, no de tanques, fragatas, submarinos, cazas o aviones AEW&C.
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