Profesor Mark Woolhouse sostiene que la cuarentena generalizada ha sido un error monumental y no se debe repetir
Reproducimos un artículo que publicamos en agosto pasado sobre las cuarentenas masivas, debido a que Sagasti – congresista que funge de presidente interino de Perú – vuelve a cometer los mismos terribles errores del correctamente vacado Martín Vizcarra
maquina-de-combate.com – El profesor Mark Woolhouse, catedrático de la Universidad de Edinburgo y consejero del Departamento de Salud del Reino Unido, ha admitido que la cuarentena generalizada implantada ante la propagación del Covid-19 será vista como un error monumental a escala global.
Woolhouse sostiene que el confinamiento generalizado fue una medida producto del miedo aunque reconoció que era la única opción del momento porque no se tenían mejores opciones. Es una medida rudimentaria que no toma en cuenta los niveles de riesgo de los diferentes individuos.
El especialista en enfermedades infecciosas sostiene que el gobierno británico se debe enfocar ahora en incrementar el testeo (aplicación de pruebas de descarte, es decir, pruebas moleculares en primer lugar) y apuntar a reactivar las actividades de la sociedad en lugar de seguir restringiéndolas, siempre con un ojo puesto en los eventuales brotes para intervenir de manera focalizada, inteligente.
El profesor Woolhouse es miembro del panel de expertos Scientific Pandemic Influenza Group on Modelling (SPI-M) que aconseja al Departamento de Salud del Reino Unido en materia de amenazas de enfermedades infecciosas.
Resalta el especialista que el confinamiento generalizado fue una medida producto del pánico y cree que la historia sostendrá que el intentar contener el Covid-19 mediante confinamientos generalizados fue un error monumental en el que la cura fue peor que la enfermedad.
Las cuarentenas siempre deben ser de naturaleza temporal, su aplicación simplemente demora la propagación del virus, generando tiempo para por ejemplo, equipar hospitales, adquirir pruebas de descarte, implementar cadenas de rastreo de contactos y aplicar cuarentenas breves a aquellos contagiados para que con asistencia/monitoreo puedan superar la enfermedad. Tales medidas evitan que los hospitales se saturen y disminuyen los riesgos de desatender otras enfermedades, reduciendo las tasas de mortalidad al dinamizar el aparato sanitario.
Woolhouse expresó su deseo de nunca más ver un confinamiento general a nivel nacional. Los comités de asesoramiento del gobierno, anotó el profesor Woolhouse, deben tener especialistas de diversas especialidades, no solamente epidemiólogos, para abarcar aspectos más amplios de la economía y sociedad, evitando así que el daño de las medidas sea tan malo como los producidos por el Covid-19.
Es natural que los contagios incrementen al abrir la economía, pero el especialista tenía esperanza en una curva de aprendizaje en la gestión del virus para evitar los confinamientos. Agrega que esperar una vacuna no puede llamarse estrategia, es una esperanza, no estrategia.
Entender mejor quien corre riesgos con el coronavirus permite presentar mejores soluciones. Por ejemplo, comenta que cerrar las escuelas no es una medida epidemiológicamente sensible, la evidencia muestra que los niños rara vez transmiten el virus a adultos y no tiene en sus datos algún caso en el que un niño haya contagiado a un maestro.
Cabe indicar que usualmente, al menos hasta la llegada del Covid-19, se colocaba en cuarentena a las personas vulnerables o contagiadas, no a las personas sanas, con un sistema inmunológico fuerte (el encierro deprime el sistema inmunológico) que pueden seguir llevando el pan a las mesas de sus familias y seguir produciendo. Encerrar a la gente no desaparece el virus, éste sigue allí, se deben priorizar medidas focalizadas, testeos masivos (con pruebas moleculares como primera arma de descarte) y rastreo de contactos y aislamiento subsecuente pero temporal para cercar al virus.
La cuarentena inicial ha de ser una medida temporal para implementar medidas de control epidemiológico, mejorar el equipamiento de hospitales, implementar un aparato logístico para el suministro oportuno de equipos de bioseguridad al personal de salud y adecuar terapias conforme se iba conociendo más del virus, para ganar tiempo, aunque habían puntos evidentes como los requerimientos de oxígeno medicinal para tratar una enfermedad respiratoria que debían incorporar desde el día cero, sino antes.
Si bien es cierto que la guerra contra el SARS-CoV2 no requiere de morteros o cañones, si requiere de la compra de armamento en la forma de generadores de oxígeno medicinal, pruebas moleculares para descarte, pruebas serológicas para estudios epidemiológicos y herramienta complementaria, ventiladores mecánicos, camas UCI, mascarillas y equipos de bioseguridad, entre otros.
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Fármacos como la Ivermectina son también útiles. Apoyar el desarrollo de la Vacuna Peruana sería también una medida acertada.
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