Saqueos y violencia en Estados Unidos tras muerte de persona bajo custodia policial en Minneapolis

Protestas pacíficas aprovechadas para otros fines

maquina-de-combate.com – La muerte de una persona bajo la custodia policial de un grupo de policía de la ciudad de Minneapolis ha gatillado protestas en diferentes ciudades de Estados Unidos.

George Floyd, adquirió un paquete de cigarrillos con un billete falso de 20 dólares en una tienda en una esquina de la ciudad. Los dos encargados de la tienda cruzaron la calle para reclamarle a Floyd, quien se hallaba a bordo de un camioneta SUV, estacionada, la devolución de los cigarrillos, pero se negó.

Los encargados de la tienda llamaron a la policía y describieron a Floyd como una persona bajo los efectos del alcohol y no en control de sí mismo. Al arribar una primera patrulla policial se acercaron al vehículo y extrajeron a Floyd y los esposaron. Lo llevaron al vehículo de patrulla, cruzando la calle pero se negó a entrar al patrullero alegando que sufría de claustrofobia. Llegaron dos patrulleros adicionales y en una de ellas el policía Dereck Chauvin.

Chauvin intentó hacer ingresar a Floyd a una patrulla pero no pudo. Floyd era un hombre afroamericano corpulento. Con la ayuda de otros dos policías, Chauvin redujo a Floyd y lo sometieron en el piso junto al patrullero. Floyd se encontraba boca abajo. Durante cerca de nueve minutos, una rodilla de Chauvin estuvo ejerciendo presión sobre el cuello de Floyd, mientras los otros policías presionaban su espalda contra el suelo, supuestamente para evitar que siga resistiendo. Diversas imágenes propaladas por redes sociales y televisión muestran a Floyd suplicando en repetidas oportunidades que lo dejen respirar, que no podía respirar. Para cuando llega la ambulancia, Floyd ya había dejado de respirar y fue pronunciado muerto en un hospital de la localidad.

El lamentable hecho ha provocado una serie de protestas, en principio pacíficas, para reclamar por la violencia policial contra los afroamericanos en Estados Unidos.

Las múltiples protestas han sido aprovechadas para realizar saqueos, incendiar propiedad privada y actos de violencia en diferentes ciudades. Las autoridades han desplegado a gran cantidad de policías y en algunos Estados a la Guardia Nacional. También se establecieron toques de queda, que en varias ciudades no han sido acatados. En los Estados que se ha desplegado la Guardia Nacional se ha podido controlar rápidamente la situación general, al menos por el momento. En ciudades como Nueva York, donde no se ha empleado a la Guardia Nacional, los saqueos se han multiplicado, a pesar de que la Policía de Nueva York se considera que tiene las capacidades suficientes para controlas las protestas. La cantidad de protestantes, sin embargo, habría rebalsado las capacidades policiales.

Grupos de protestantes han incluso reducido y entregado a personas violentas o saqueadores a las autoridades. Alrededor de 9300 personas han sido detenidas.

Un movimiento denominado Antifa ha sido identificado como uno de los principales instigadores de actos de violencia. Las autoridades federales evalúan designar a Antifa como una organización terrorista. Asimismo, el FBI ha detenido a grupos de haitianos, venezolanos, cubanos y hondureños en varias ciudades por haber supuestamente estado financiando actos de violencia. En las marchas también se ha apreciado una bandera del Frente Sandinista de Liberación Nacional, partido del convertido en dictador de Nicaragua, Daniel Ortega.

El FBI está solicitando información sobre las personas que están incitando actos de violencia durante las protestas. Varios efectivos policiales han resultado heridos a causa de la violencia, y ya se han producido muertes. Decenas de vehículos policiales han sito destruidos.

Al día de ayer, el gobierno federal de Estados Unidos, evaluaba adoptar una medida legal – que data de 1807 – que le permite intervenir directamente, superando las respectivas jurisdicciones de las autoridades locales y estatales, para desplegar a la Guardia Nacional y/o Fuerzas Armadas para controlar el desorden en aquellas ciudades donde no se han realizado los esfuerzos necesarios para proteger la propiedad privada y seguridad de la mayoría de la población.

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