¿ Tendrá Lockheed Martin probabilidades de éxito para venderle cazas F-16 a Colombia y Perú ?

– Es más probable que Perú le compre un número de transportes aéreos Hércules que aviones caza a Lockheed Martin.

Representación digital del caza F-16 Bloque 70. Foto: Rohde & Schwarz

maquina-de-combate.com – Las incontinencias en la red social del presidente de Colombia, Gustavo Petro, en torno a un tema tan absurdo como el retorno de colombianos deportados desde Estados Unidos a su país de origen originó una crisis diplomática tan breve como potencialmente dañina para los intereses económicos colombianos que deben haber provocado una justificada sensación de frustración en diplomáticos colombianos de carrera que diligentemente cultivan las relaciones con el principal inversionista y socio comercial de Colombia.

La rápida y justificada reacción del gobierno de Estados Unidos a la escasa cooperación de sus pares colombianos también ha de haber generado frustración en los ejecutivos de Lockheed Martin, quienes en cuestión de horas han visto hacerse humo las probabilidades de venta de cazas a Colombia, y muy probablemente a Perú.

Especialistas de Lockheed Martin Aeronautics y funcionarios de las Embajadas de Estados Unidos en Colombia y Perú han estado intentando durante meses, sino años en el caso de Colombia, de posicionar al caza F-16 como la mejor opción para la renovación de las flota de combate de las Fuerzas Aéreas de Colombia y Perú. En noviembre pasado, en la feria Sitdrone 2024, la Embajada de Estados Unidos en Perú presentó a 12 empresas estadounidense a las Fuerzas Armadas del Perú, incluyendo a Lockheed Martin Aeronautics y su caza F-16 Bloque 70, en un esfuerzo comercial nunca antes visto en las ferias comerciales del sector Defensa en el Perú.

Si bien es completamente justificada la reacción del gobierno de Estados Unidos ante la inusitada torpeza de la Presidencia de Colombia, ha nuevamente llevado a la palestra lo errática que puede ser la política exterior de Estados Unidos en materia de seguridad y defensa, particularmente en el soporte de sistemas de armas vendidos a países pequeños como Colombia y Perú que no se han destacado en las últimas décadas por las inversiones en sus Fuerzas Armadas.

Es también importante anotar que no se pueden meter en un mismo saco a la Fuerza Aérea Colombiana y a la Fuerza Aérea del Perú, que las políticas de relaciones exteriores de ambos países son diferentes y que sus intereses no son necesariamente los mismos, si bien se comparten relaciones de buena convivencia desde hace décadas, las cuales por cierto se han visto tensadas por la torpe administración estatal del actual gobierno colombiano.

La cuestión es que se aprecia que es real la posibilidad de un corte de suministros por quítame esta paja, que es real que en caso – Dios no quiera – se produzca un conflicto militar que sea contrario a los intereses del gobierno de turno de Estados Unidos, esos intereses terminen perjudicando seriamente la integridad territorial de un país como Perú, típicamente el «sonso» del barrio que tradicionalmente ha pensado que puede ser amigo de todos y esos amigos han aprovechado momentos de debilidad y desarme de sus Fuerzas Armadas para arrebatarle territorio.

Desde nuestro punto de vista, es más probable en el escenario actual que Lockheed Martin pueda venderle cazas a Colombia que a Perú, a pesar de los devaneos del presidente Petro, puesto que ha demostrado ayer que puede cambiar de dirección, en 180 grados, en cuestión de horas, junto a la sorprendentemente escasa reacción del Parlamento de Colombia ante un presidente que arriesga tan seriamente y de manera tan despreocupada los intereses comerciales de su país.

Perú ya ha experimentado en el siglo XIX lo que implica que proveedores el corten el flujo de suministros y venta de armas. Esa situación se ha repetido recientemente con las operaciones de interdicción aérea con el narcotráfico y los aviones de entrenamiento básico KT-1P, una situación ya superada con un reciente acuerdo bilateral para reanudar ese programa contra el narcotráfico transnacional. La suspensión por 90 días de la ayuda dineraria proveniente de Estados Unidos no debería ser inconveniente mayor para la implementación de dicho programa, habida cuenta que le conviene a ambos países, a Estados Unidos para reducir el flujo de drogas ilegales a su territorio y a Perú para posicionarse como socio confiable y serio, dispuesto a insertarse de manera más profunda en la economía global.

Variante biplaza del caza Rafale. Foto: Dassault Aviation

Dicho esto, ¿ Quiénes deberían estar más contentos con los sucedido ayer entre Estados Unidos y Colombia ? Sin duda los ejecutivos de Dassault Aviation, cuyas probabilidades de venta del estupendo caza Rafale al Perú se han incrementado notablemente sin que tengan que hacer nada. Los únicos factores que le juegan en contra al caza francés es su costo (adquisición y operativo) y la transferencia tecnológica, pero si muestran flexibilidad pueden lograr ventas interesantes tanto este año como en años siguientes en el Perú, teniendo en cuenta que el caza KF-21 Boramae (Halcón) de Korea Aerospace Industries integra componentes de origen estadounidense.

Ahora bien, siendo Estados Unidos un socio comercial muy importante para el Perú es también muy pero muy relevante quedar bien con la economía más grande del mundo, incluso en el sector Defensa. ¿ Y cómo se hace eso ? Una probabilidad es comprando aviones de transporte militar y tanqueros KC-130J / KC-130J-30 a Lockheed Martin Aeronautics. No te compraremos cazas pero si le compramos sus excelentes, robustos y duraderos aviones Hércules. Y los Hércules también pueden servir como plataformas de patrulla marítima, y pueden reemplazar a los transportes aéreos AN-32 de la Marina de Guerra del Perú, y del Ejército del Perú. Si es que se tuviese el presupuesto disponible para ello, obviamente. No se comprometen con los cazas pero le compran muy buenos transportes aéreos.

Aunque todo está sujeto a las negociaciones que realicen los fabricantes con la Fuerza Aérea del Perú y el Ministerio de Defensa. Tal vez un precio muy reducido de los cazas F-16 haga cambiar de opinión a los militares. Tal vez, tal vez no. El caza Rafale sigue siendo una plataforma superior al F-16 y Gripen E/F, aunque hasta ahora no se aprecia ningún caza biplaza del Gripen E.

Uno de dos aviones de reabastecimiento aéreo de combustible KC-130H que Perú le compró de segunda mano a España. Foto: Fuerza Aérea del Perú

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