– S&P resalta que “la persistente parálisis política en Perú está debilitando los esfuerzos para mantener una sólida confianza de los inversores y limita las perspectivas de crecimiento”.

Escalera al cielo o al infierno. Foto: Cuenta de Twitter de S&P América Latina

maquina-de-combate.com – El 18 de marzo de 2022, S&P Global Ratings bajó sus calificaciones soberanas de largo plazo en moneda extranjera a ‘BBB’ de ‘BBB+’ y en moneda local a ‘BBB+’ de ‘A-’ de Perú. La perspectiva de las calificaciones de largo plazo es estable. Al mismo tiempo, confirmó sus calificaciones soberanas de corto plazo en monedas local y extranjera de ‘A-2’. También revisamos a la baja nuestra evaluación de riesgo de transferencia y convertibilidad (T&C) a ‘A-‘ de ‘A’.

La perspectiva estable incorpora nuestra expectativa de un continua y prudente administración fiscal que respalde los resultados del periodo 2022-2025 y una deuda neta del gobierno general por debajo de 30% del PBI. También esperamos que se mantenga la flexibilidad monetaria y una sólida posición externa, favorable para los exportadores de metales como Perú.

Escenario negativo
Podríamos bajar las calificaciones durante los próximos dos años si vemos un empeoramiento de los resultados fiscales y de los indicadores de deuda debido a presiones de gasto o un crecimiento económico menor al esperado como resultado de nuevas disrupciones en el sistema político o acontecimientos externos negativos.

Escenario positivo
Podríamos subir las calificaciones durante los próximos dos años si una formulación de políticas estable y previsible y gestión económica eficaz respaldan un cambio en la confianza de los inversores y mejoran considerablemente las expectativas de crecimiento de Perú, junto con una composición de deuda menos vulnerable.

Fundamento
Nuestras calificaciones soberanas de Perú se basan en sus limitados desequilibrios fiscales y externos y en una carga de deuda aún baja, aunque mayor y con una composición más vulnerable en comparación con la prepandemia, que ayudó al soberano a manejar el impacto de la pandemia y la reciente recesión. Ponderamos estas fortalezas contra el PBI (Producto Bruto Interno) per cápita más bajo en comparación con muchos países en la región y con sus pares con calificación similar. Además, nuestra evaluación institucional se ha debilitado luego de un período prolongado de inestabilidad política debido a las continuas tensiones entre los poderes ejecutivo y legislativo. Esto ha reducido la capacidad de implementar políticas oportunas para sostener el crecimiento en el mediano plazo y, en nuestra opinión, pesa sobre la confianza de los inversores, lo que contribuye a un crecimiento ligeramente más moderado.

No esperamos un cambio radical en las políticas, y la administración ha señalado la intención de mantener una amplia continuidad en la política macroeconómica, al tiempo que esperamos que la administración fiscal siga siendo prudente.

El crecimiento sostenido del PBI ayudó a reducir la pobreza de manera significativa durante los últimos 20 años. Sin embargo, la pandemia revirtió parcialmente estos impresionantes logros y exacerbó el descontento con los partidos y líderes políticos. A pesar del buen crecimiento, el ingreso per cápita de Perú sigue siendo bajo en comparación con sus pares en la región y con calificaciones similares. Esperamos que el PBI per cápita aumente a US$6 700 en 2022, en comparación con US$16 400 en Chile, US$10 300 en México y US$7 700 en Brasil.

Prevemos un crecimiento del PIB de 2.5% en 2022, tras el repunte de 13.3% en 2021. Esperamos que, si bien los costos de financiamiento probablemente aumenten ante una mayor inflación, los altos precios de los metales seguirán siendo un factor externo favorable para Perú, que contribuya al crecimiento. Los supuestos del precio del cobre persistentemente altos a corto plazo reflejan un impulso fuerte para el metal, motivado por la emergente industria de vehículos eléctricos y la necesidad a nivel mundial de acelerar la construcción de infraestructura eléctrica a partir de fuentes renovables. Además, esperamos un aumento en la producción minera después de la finalización de proyectos de inversión clave en 2021 y 2022.

Al mismo tiempo, consideramos que la incertidumbre política limitará los planes de inversión privada, mientras persisten los cuellos de botella para ejecutar el gasto público. Esperamos que el consumo se mantenga bajo en medio de inflación alta y solo una recuperación parcial de los salarios debido a una calidad del empleo inferior a la prepandemia con niveles de informalidad persistentemente altos (78% de la fuerza laboral en 2021), al tiempo que se eliminan los ingresos no laborales por retiros de pensiones y las transferencias del gobierno.

Esperamos un crecimiento promedio de 3.2% en 2023-2025 y un PIB per cápita de US$7 400 hacia 2025. Las inversiones han sido más lentas desde 2013 (excluyendo los años de pandemia 2020 y 2021), lo cual coincide con el final del ciclo de altos precios de los commodities y parcialmente con el período de tensión entre los poderes ejecutivo y legislativo. La inversión disminuyó a cerca de 21% en 2019 desde un máximo de 25.6% del PBI en 2013.

Proyectamos que la consolidación fiscal reduzca el déficit del gobierno general a 1.8% del PBI hacia 2025, con ingresos relativamente altos contrarrestados por cierta presión potencial sobre el gasto.

Esperamos que los indicadores externos de Perú se mantengan sólidos.

También esperamos continuidad en la política monetaria, así como una moderación gradual de la inflación, que ha sobrepasado el rango objetivo del banco central.

Fuente: Comunicado de Prensa de Standard & Poor’s

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