Robert Kennedy suspende su campaña presidencial y anuncia su apoyo a Donald Trump, para juntos buscar mejorar el sistema de salud de Estados Unidos, particularmente la salud de los niños
– Kennedy, candidato independiente, considera que el Partido Demócrata ha perdido la brújula.
Estados Unidos – Día 0086 – El recientemente miembro del partido Demócrata y candidato independiente Robert Kennedy Jr. ha anunciado ayer que suspende su campaña presidencial y que ha decidido apoyar a Donald Trump en su intento por volver a la Casa Blanca, un hecho sin duda histórico que bien puede tener repercusiones mundiales, en beneficio de la humanidad. Kennedy considera que con Trump existe la oportunidad para implementar acciones positivas para mejorar el sistema de salud de Estados Unidos, para beneficiarse particularmente a la niñez estadounidense.
A continuación, la mayor parte del discurso de Robert Kennedy en el que anuncia la suspensión de su campaña presidencial, su apoyo a Donald Trump y expresa su visión personal sobre lo que está ocurriendo actualmente en Estados Unidos, esto en una traducción libre de lectura larga pero recomendada. Si se le hace tedioso, y entiende inglés, podrá encontrar el video de la exposición de Robert Kennedy Jr. al final de la siguiente traducción, hacemos hincapié en que se trta de una traducción, los comentarios de Robert Kennedy no representan necesariamente los puntos de vista de este portal, son opiniones personales del señor Kennedy:
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Disculpen por tener esperando a todos.
16 meses atrás, en abril de 2023, lancé mi campaña para ser el presidente de Estados Unidos. Empecé esta travesía como un demócrata (miembro del Partido Demócrata), el partido de mi padre, mi tío, el partido con el cual comprometí mi propia lealtad mucho antes de que tuviese la edad suficiente para votar. Asistí a mi primera Convención Demócrata a los seis años de edad, en 1960, y por entonces los Demócratas eran los campeones de la Constitución, de los derechos civiles, los demócratas se erguían contra los autoritarios, contra la censura, contra el colonialismo, imperialismo, y guerras injustas.
Éramos el partido del trabajo, de la clase trabajadora, los demócratas eran el partido de la transparencia gubernamental y los campeones del medio ambiente, nuestro partido era la muralla contra los intereses de los adinerados y el poder corporativo. Fiel a su nombre, era el partido de la democracia.
Como saben, dejé ese partido en octubre porque se ha apartado tan dramáticamente de los valores básicos con los que crecí. Se ha convertido en el partido de la guerra, censura, corrupción, de la industria farmacéutica, de la industria tecnológica y grandes fortunas. Cuando abandonó la democracia al cancelar las elecciones primarias para disfrazar el declive cognitivo del actual presidente, dejé el partido para presentarme a la campaña como un independiente. La corriente mayoritaria de la política estadounidense y del periodismo, criticaron mi decisión y la sabiduría general decía que sería imposible siquiera estar en las cédulas de votación como un independiente, porque cada Estado representa una insuperable valla de reglas arbitrarias para la recolección de firmas.
Necesitaría más de un millón de firmas, algo que ningún candidato presidencial en la historia ha podido lograr, y luego necesitaría un grupo de abogados y millones de dólares para lidiar con todos los desafíos legales de la Convención Nacional Demócrata. Los negacionistas nos dijeron que estábamos trepando una verisón de vidrio del Monte Imposible.
Entonces, la primera cosa que quiero decirles es que les probamos que estaban equivocados, lo hicimos porque trabajando debajo del radar de los órganos de la prensa mayoritaria, inspiramos un masivo movimiento político independiente, más de 100 mil voluntarios entraron en acción con la esperanza de poder revertir el declive de nuestra nación. Algunos trabajaban 10 horas al día, a veces en tormentas o tremendo calor, sacrificaron tiempo con sus familias, compromisos personales y sueño, mes tras mes, energizados por una visión compartida de una nación curada de sus divisiones, establecieron mesas en iglesias, en mercados locales, fueron puerta a puerta, en Utah y New Hampshire los voluntarios recolectaron firmas durante tormentas de nieve, convenciendo a cada persona a que, en pleno frío, se quiten sus guantes y firmen legiblemente. Durante una ola de calor en Nevada, un voluntario alto y atlético que con humor me comentó que había perdido unos 11 kilogramos recolectando firmas en temperaturas de 47°C.
Para financiar este esfuerzo, jóvenes estadounidenses donaron el dinero de sus almuerzos, y adultos mayores donaron parte de su pensión. Nuestra organización en los 50 Estados recolectó esos millones de firmas, lo que no ha logrado ningún candidato presidencial estadounidense en la historia, por lo que quiero agradecer a todos esos dedicados voluntarios y felicitar al equipo de la campaña que coordinó este enorme hazaña logística.
Sus logros fueron considerados como imposibles. Me llevaron sobre esa montaña de vidrio, lograron un milagro, lograron lo que los críticos decían que no se podía hacer, tienen mi más profunda gratitud, nunca voy a olvidar aquello, no solo por lo que hicieron por mi campaña sino por el sacrificio que hicieron, porque ustedes aman a nuestro país, les mostraron a todos que la democracia es aún posible aquí, que continúa sobreviviendo en la prensa y en la idealista energía humana, que aún vibra debajo de la capa del descuido y de la corrupción oficial e institucional. Hoy les vengo a decir que no voy a permitir que sus esfuerzos se desperdicien, estoy aquí para decirles que voy a apoyarme en sus tremendos logros para servir a los ideales que compartimos, los ideales de paz, prosperidad, libertad, salud, todos los ideales que motivaron mi campaña. Estoy aquí para describir el camino delante, el que ustedes abrieron con su compromiso y con sus arduos trabajos.
Ahora, en un sistema honesto, yo creo que hubiese ganado la elección, en un sistema como en el que mi padre y mis tíos prosperaron, un sistema con debates abiertos, elecciones primarias justas y con una prensa verdaderamente independiente, no manchada por la propaganda y censura gubernamental. En un sistema de cortes y juntas electorales no partisanas, todo sería diferente, después de todo las encuestas mostraron que le ganaba consistentemente a cada unos de los otros candidatos, tanto en predilección como en comparaciones uno-a-uno, pero lamento decir que si bien la democracia sigue viva en las bases, se han convertido en poco más de un eslogan para nuestras instituciones políticas, para nuestra prensa y para nuestro gobierno, y lo más penoso para mí, para el Partido Demócrata.
En nombre de salvar a la democracia, el Partido Demócrata se dedicó a desmantelarla, no teniendo confianza en que su candidato pudiese ganar en una elección justa en las urnas, la Convención Nacional Demócrata (DNC) libró una continua batalla legal contra ambos, el presidente Trump y contra mí. Cada vez que nuestros voluntarios presentaban esas torres de cajas con firmas, que se necesitan para estar en las cédulas de votación, la DNC nos llevaba a la corte, en un Estado tras otro, intentando borrar el trabajo de los voluntarios y revertir la voluntad de los votantes que habían firmado esas planillas. Desplegaron a jueces alineados con la DNC para sacarme a mí y a toros candidatos de las cédulas, y llevar a la cárcel al presidente Trump. Realizaron unas elecciones primarias arregladas para que no se presente ningún desafío serio contra el presidente Biden. Luego, el predecible desastroso desempeño en el debate precipitó un golpe palaciego contra el presidente Biden y los mismos oscuros operadores de la DNC designaron a su sucesora, y además sin ninguna elección. Ellos instalaron una candidata que era tan impopular con los votantes que se salió de la carrera en 2020, sin haber ganado un solo delegado.
Mi tío y mi padre, ambos adoraban el debate, se enorgullecían en su capacidad de no quedarse atrás de ningún oponente en la batalla de las ideas, ellos estarían sorprendidos si se enterarán que la candidata presidencial del Partido Demócrata, como la vicepresidente Harris, no ha aparecido en 35 días en ninguna entrevista o en un encuentro con votantes sin libretos de por medio. Eso es profundamente antidemocrático. Cómo va nuestra gente a elegir cuando no saben a quien están eligiendo y cómo se aprecia esto desde el resto del mundo. Mi padre y mis tíos siempre estuvieron conscientes de la imagen estadounidense en el extranjero porque el rol de nuestra nación es la de ejemplo para la democracia, un model a imitar en procesos democráticos y el líder del mundo libre.
En lugar de enseñarnos su sustancia y carácter, la DNC y sus órganos de prensa prepararon un surgimiento de popularidad para la vicepresidente Harris, basados en nada, ninguna política, ninguna entrevista, ningún debate, solo cortinas de humo y globos, y un altamente producido circo. En Chicago, en la muy reciente Convención Nacional Demócrata, una serie de expositores demócratas mencionaron 147 veces al presidente Trump, solo en el primer día (de cuatro), quién necesita de una política cuando tienen a Trump para odiar. En contraste, durante la Convención Nacional Republicana (RNC) solamente se mencionó dos veces al presidente Biden, en cuatro días. Yo hago entrevistas todos los días, muchos de ustedes me han entrevistado, cualquiera que lo pida, obtiene una entrevista. Algunos días hago tantas como diez, el presidente Trump quien ha sido oficialmente nominado y ganó la elección primaria, también hace entrevistas a diario.
Cómo ha escogido el Partido Demócrata a un candidato que nunca ha realizado una entrevista o debate, durante el completo ciclo electoral, sabemos las respuestas, lo hicieron mediante el uso indebido de agencias gubernamentales, lo hicieron abandonando la democracia, lo hicieron mediante demandas contra la oposición y mediante el descarte de los votos de los estadounidenses. Lo que más me preocupa no es cómo el Partido Demócrata conduce sus asuntos internos o cómo maneja a sus candidatos, lo que me alarma es el uso de la censura y control de la prensa, y el uso indebido de las agencias federales.
Cuando un presidente de EEUU se colude con, o simplemente ejerce presió sobre, compañías de medios de prensa para censurar el discurso político es un ataque en nuestro derecho más sagrado, la libertad de expresión, y ese es el derecho sobre el cual descansan todos los otros derechos constitucionales. El presidente Biden se mofó de la abrumadora victoria de 80 y tantos por ciento de Vladimir Putin en las elecciones rusas, señalando que Putin y su partido controlan la prensa rusa, y que Putin impidió que serios oponentes aparezcan en las cédulas de votación, pero aquí en Estados Unidos, la DNC también ha impedido que oponentes aparezcan en las cédulas, y nuestras cadenas de televisión se revelaron como órganos del Partido Demócrata. A lo largo de más de un año, en una campaña donde mis cifras en las encuestas alcanzó a veces más de 20%, la prensa alineada con la DNC mantuvo un casi perfecto embargo de entrevistas conmigo.
En los diez meses de su campaña presidencial en 1992, Ross Perot brindó 34 entrevistas en las grandes cadenas de TV. En contraste durante los 16 meses que he declarado, ABC, NBC, CBS, MSNBC y CNN juntos me dieron dos entrevistas en vivo. Por el contrario, esas cadenas presentaron un continuo diluvio de artículos con información imprecisa y vil, con afirmaciones difamatorias. Algunas de esas mismas cadenas se coludieron con la DNC para impedir que participe del debate (presidencial). Representantes de esas cadenas están aquí en este cuarto, ahora mismo, y solamente tomaré un momento para pedirles que consideren las varias maneras en que sus instituciones han abdicado de su verdaderamente sagrada responsabilidad, la tarea de la prensa libre de salvaguardar la democracia y desafiar siempre al partido en el poder. En lugar de mantener esa postura de fiero escepticismo hacia la autoridad, sus instituciones se han convertido en mesas de parte del gobierno y estenógrafos de los órganos del poder. No solo ustedes han provocado la regresión de la democracia estadounidense, pero pudieron prevenirla.
La censura del Partido Demócrata en la redes sociales fue más que un mero ejercicio de poder ejecutivo. Esta semana, el juez federal Terry Doughty ha admitido mi reclamo contra el presidente Biden, llamando al proyecto de censura en la Casa Blanca, y cito, «la más sorprendente violación de la 1ra Enmienda en la historia de Estados Unidos de América». La decisión de 155 páginas de Doughty detalla cómo, luego de solamente 37 horas que tomó el juramento para el cargo y hacer respetar la Constitución, el presidente Biden y su Casa Blanca abrieron un portal e invitaron al FBI, a la CIA y a CISA, que es una agencia de censura, se centra en censuras contra el complejo industrial, DHS, el IRS y otras agencias para censurarme a mí y a otros disidentes políticos en redes sociales, incluso hoy los usuarios que trataron de postear videos de mi campaña en Facebook o YouTube, reciben mensajes que dicen que este contenido viola los estándares de la comunidad. Dos días después que el juez Doughty emitió su decisión, esta semana, Facebook aún adjuntaba etiquetas de advertencia a una petición online que llamaba a ABC a incluirme en el próximo debate, dicen ellos que eso viola estándares comunitarios, sus estándares comunitarios.
La prensa mayoritaria fue alguna vez el guardián de la 1ra Enmienda y principios democráticos, y se ha unido a este ataque sistemático contra la democracia. Además, la prensa justifica su censura alegando que combate la desinformación pero los gobiernos y opresores no censuran mentiras, no le temen a las mentiras, le temen a la verdad y eso es lo que censuran, y no quiero que esto suene como una queja personal, porque no lo es, para mí es todo parte de una travesía para la cual firmé, pero necesito hacer estas observaciones porque pienso que son críticas para nosotros, hacer lo que necesitamos hacer como ciudadanos y una democracia para evaluar dónde estamos en este país y cómo se mira aún nuestra democracia, y las presunciones sobre el liderazgo de EEUU alrededor del globo y si aún somos en este país un ejemplo sobre la democracia, o si nos hemos convertido en una especie de broma.
Las buenas noticias aquí, si bien los principales outlets de la prensa me negaron una plataforma crítica, no cerraron por completo mis ideas, que han florecido especialmente entre votantes jóvenes e independientes, gracias a la prensa alternativa. Varios meses atrás prometí al pueblo estadounidense que me retiraría de la carrera (presidencial) si me convertía en un spoiler (estropeador), un spoiler es alguien que alteraría el resultado de la elección pero no tiene oportunidad alguna para ganarla. En mi corazón, ya no creo que tenga una ruta realista a la victoria electoral ante el rostro de esta imparable censura sistemática y control de los medios, por lo que no puedo, en buena consciencia, pedirle a mi staff y voluntarios que sigan trabajando esas largas horas o pedirle a mis donantes que sigan dando, cuando no puedo, honestamente, que tengo un camino realista a la Casa Blanca. Además, nuestras encuestas muestran consistentemente que al permanecer en las cédulas de votación, en los Estados más disputados, probablemente le entregaría la elección a los Demócratas, con quienes no concuerdo en los temas más existenciales: censura, guerra y enfermedades crónicas. Quiero que todos sepan que no estoy terminando mi campaña, simplemente la estoy suspendiendo y no la estoy finalizando, mi nombre permanecerá en las cédulas en la mayoría de Estados, si viven en un Estado demócrata, pueden votar por mí sin dañar o ayudar al presidente Trump o a la vicepresidente Harris, lo mismo aplica para los Estados republicanos, los insto a votar por mí y si suficientes de ustedes votan por mí y ninguno de los candidatos principales ganan 270 colegios electorales, lo que es bien posible porque de hecho nuestras encuestas muestran hoy que están empatando en 269 a 269, y puedo concebiblemente terminar aún en la Casa Blanca en una elección contingente, pero en cerca de diez Estados muy disputados, en los que mi presencia sería la de un spoiler, voy a remover mi nombre y ya he empezado ese proceso y urjo a los votantes a no votar por mí. Es con un sentimiento de victoria, y no derrota, que estopy suspendiendo las actividades de mi campaña, no solamente hicimos lo imposible al recolectar un millón de firmas, cambiamos la conversación política nacional para siempre: enfermedades crónicas, libre expresión, corrupción gubernamental, romper nuestra adicción con las guerras, se han movido al centro del debate político, les puedo decir a todos los que trabajaron tan duro en el último año y medio, gracias por un trabajo bien hecho.
Tres gran causas me motivaron a entrar en la carrera en primer lugar, primariamente, y estas son las causas principales que me persuadieron a dejar el partido Demócrata y correr como un independiente, y ahora para lanzar mi apoyo al presidente Trump. Las causas fueron la libertad de expresión, la guerra en Ucrania y la guerra contra nuestros niños.
Ya he descrito algunas de mis experiencias personales y apuros con la censura gubernamental y el complejo industrial, quiero decir unas palabras sobre la guerra en Ucrania. El complejo industrial-militar no ha entregado una justificación que parece sacada de una historieta cómica, como lo hacen en cada guerra, y esta en particular es un noble esfuerzo para detener al súper villano Vladimir Putin para que no invada Ucrania y estropear su marcha tipo Hitler sobre Europa, cuando de hecho la pequeña Ucrania es un proxy (guerra de otros) y un empuje geopolítico iniciado por las ambiciones de los neocomunistas estadounidenses hacia la hegemonía global estadounidense. No estoy disculpando a Putin por invadir Ucrania, él tenía otras opciones, pero la guerra ha sido una respuesta predecible de Rusia contra el temerario proyecto neocomunista de extender a la OTAN para rodear a Rusia, un acto hostil, la crédula prensa rara vez explica a los estadounidenses que nosotros, unilateralmente, nos apartamos de dos tratados sobre armas nucleares intermedias con Rusia, y luego pusimos sistemas de missiles Aegis en Rumania y Polonia, esto es un acto hostil, hostil, y la Casa Blanca de Biden repetidamente despreció las propuestas de Rusia para terminar esta guerra pacíficamente. La guerra en Ucrania empezó en 2014, cuando las agencias estadounidenses sacaron el gobierno elegido democráticamente en Ucrania e instalaron a un gobierno pro-occidental elegido a dedo que lanzó esta letal guerra civil contra la etnia rusa en Ucrania.
En 2019, Estados Unidos se apartó de un tratado de paz, el Acuerdo de Minsk, que había sido negociado entre Rusia y Ucrania con la mediación de naciones europeas, y luego en abril de 2022, nosotros queríamos la guerra, en abril de 2022 el presidente Biden envío a Boris Johnson (entonces premier del Reino Unido) a Ucrania para forzar al presidente Zelensky a romper el tratado de paz que él y los rusos ya habían firmado, y los rusos estaban replegando sus tropas del Donbas y Lugansk, y ese tratado de paz hubiera llevado paz a la región y hubiera permitido que Donbas y Lugansk permanecieran como parte de Ucrania. El presidente Biden afirmó ese mes que su objetivo en esa guerra era un cambio de régimen en Rusia, su secretario de Defensa Lloyd Austin explicó simultáneamente que el objetivo de Estados Unidos en esa guerra era agotar al Ejército ruso para degradar sus capacidades para luchar en cualquier otra parte del mundo. Estos objetivos, por supuesto, no tienen nada que ver con lo que le estaban diciendo a los estadounidenses sobre proteger la soberanía de Ucrania. Ucrania es una víctima en esta guerra, es una víctima de Occidente, y desde que se rompió ese acuerdo, que forzaron a Zelensky a romper ese acuerdo, desde entonces Rusia y Occidente han desperdiciado la flor de la juventud ucraniana, tantos como 600 mil chicos ucranianos, y más de 100 mil chicos rusos, todos los cuales deberíamos estar lamentando, todos han muerto, y la infraestructura de Ucrania ha sido destruida. La guerra ha sido también un desastre para nuestro país con más de 200 mil millones de dólares ya gastados y son dólares muy necesitados en nuestras comunidades, sufridas comunidades a lo largo de nuestro país.
El sabotaje del oleoducto Nordstream y las sanciones han destruido la base industrial europea que forma la muralla de la seguridad nacional de EEUU, una Alemania fuerte con una industria fuerte es un mucho más fuerte disuasor para Rusia, que una Alemania que se está desindustrializando y convirtiendo en una extensión de la base militar de EEUU. Empujamos a Rusia a una desastrosa alianza con China e Irán, estamos más cerca del borde de un intercambio nuclear que en cualquier momento desde 1962, y los neocomunistas, y la Casa Blanca parece que no le importase.
Nuestra autoridad moral y nuestra economía están en ruinas, y las guerras han abierto paso al surgimiento del BRICS, que ahora amenaza con reemplazar al dólar como el circulante de reserva global. Esto es una calamidad de primer clase para nuestro país.
Juzgando por su beligerante, belicoso discurso de anoche en Chicago, podemos asumir que una presidente Harris sería una entusiasta defensora de esto y de otras aventuras militares neocomunistas, y el presidente Trump sostiene que reabrirá negociaciones con el presidente Putin y terminar la guerra en un día, tan pronto sea presidente, y solo esto justificaría mi apoyo para su campaña. El verano pasado, parecía que ningún candidato estaba dispuesto a negociar un pronto final a la guerra en Ucrania, a enfrentar la epidemia de enfermedades crónicas, a proteger la libertad de expresión, nuestras libertades constitucionales, a limpiar la influencia de las corporaciones de nuestro gobierno, o desafiar a los neocomunistas y su agenda de interminables aventuras militaristas, pero ahora uno de los dos candidatos ha adoptado estos temas como propios, al punto que me ha pedido que me enliste en su administración, estoy hablando por supuesto de Donald Trump.
Menos de dos horas luego de que el presidente Trump escapara por poco de un intento de asesinato, Calley Means me llamó al celular en Las Vegas, él es el principal activista para seguridad alimentaria, para la regeneración de los suelos de cultivo y terminar la epidemia de enfermedades crónicas que está destruyendo la salud de Estados Unidos y arruinando nuestra economía. Calley ha revelado una insidiosa corrupción en la FDA, el NIH, la HHS, y la USDA que ha causado esta epidemia. Calley ha estado trabajando esporádicamente en mi campaña, asesorándome en estos temas desde el inicio, y esos temas han sido mi principal interés en los últimos 20 años.
Estuve encantado cuando Calley me comentó ese día que él también ha estado asesorando al presidente Trump y que el presidente Trump estaba ansioso para conversar conmigo sobre enfermedades crónicas y otros temas, y explorar avenidas de cooperación. Me preguntó si recibiría una llamada del presidente. El presidente Trump me telefoneó unos minutos después, y me encontré con él al día siguiente. Unas semanas después, me reuní nuevamente con el presidente Trump y miembros de su familia y sus más cercanos consejeros en Florida, en una serie de largas e intensas discusiones en las que estuve sorprendido al descubrir que estamos alineados en varios temas clave. En esas reuniones él sugirió que unamos fuerzas como un Partido de Unidad, conversamos sobre el Grupo de Rivales de Abraham Lincoln, ese acuerdo nos permitiría no estar de acuerdo, pública y privadamente, y furiosamente si es el caso, en temas sobre los cuales diferimos, mientras trabajamos juntos en los temas existenciales en los cuales estamos en concordancia.
Yo fui un crítico feroz de varias políticas durante su primera administración y aún hay temas y estilos sobre los cuales continuamos teniendo muy serias diferencias, pero estamos alineados uno con el otro en otros temas clave como finalizar las guerras interminables, terminar la epidemia de enfermedades crónicas de la niñez, asegurar la frontera, proteger la libertad de expresión, deshacer la captura corporativa de nuestras agencias reguladoras, sacar a las agencias de inteligencia de EEUU del negocio de propaganda, censura, vigilancia a estadounidenses, e interferir en nuestras elecciones.
Luego de mi primera conversación con el presidente Trump, intenté sin éxito de abrir conversaciones similares con la vicepresidente Harris. La vicepresidente Harris declinó reunirse conmigo o siquiera hablar conmigo.
Suspender mi campaña ha sido una muy dura decisión para mí, pero estoy convencido que es la mejor esperanza para terminar la guerra en Ucrania y finalizar la epidemia de enfermedades crónicas que está erosionando la vitalidad de nuestra nación desde adentro, y para finalmente proteger la libertad de expresión. Siento una obligación moral para usar esta oportunidad para salvar a millones de niños estadounidenses, por encima de todas las cosas.
En caso alguno no se dé cuenta que cuan desesperante esa condición de la salud de nuestros niños y de las enfermedades crónicas en general, les insto a revisar la reciente entrevista del Dr. Carlson con Calley Means y su hermana Dr. Casey Means, que la principal graduada de su clase en Standford Medical School. Esta es un área que nos afecta mucho más directamente y urgentemente que cualquier tema de guerra cultural y todos los otros temas con los que nos obsesionamos y que están destrozando nuestro país, este es el tema más importante, por lo que tiene el potencial de volver a reunirnos, por lo que permítanme compartir un poco de porque pienso que es tan urgente.
Pagamos más por salud que cualquier otro país en la Tierra, el doble de lo que pagan en Europa y aún así tenemos los peores resultados que cualquier otra nación en el mundo. Estamos en el puesto 78 en resultados sanitarios, detrás de Costa Rica, y Nicaragua, y Mongolia, y otros países. Nadie tiene una carga de enfermedades crónicas como la que tenemos y durante la epidemia del Covid tuvimos el más alto número de muertos que cualquier otro planeta en el mundo, tuvimos el 16% de las muertes por Covid y solo tenemos el 4.2% de la población mundial, y CDC dice que eso es porque somos el pueblo más enfermo de la Tierra, tenemos la tasa más alta de enfermedades crónicas en la Tierra y el estadounidense promedio que murió por Covid, tenía 3.8 enfermedades crónicas, esta era gente que tenía colapsado el sistema inmunológico, que tenían disfunciones a nivel de mitocondrias, y ningún otro país tiene algo similar.
Dos tercios de los adultos y niños estadounidenses sufren por temas de salud crónicos. Hace 50 años ese número era menos del 1%, por lo que hemos ido desde 1% a 66%. Y ahora el 74% de estadounidenses, y 50% de nuestros niños, tienen sobrepeso o están obesos. Hace 120 años, cuando alguien era obeso, los enviaban al circo, literalmente habían casos para reportar esas condiciones, casi no se conocía la obesidad. En Japón la obesidad infantil es del 3%, comparado con 50% aquí. El 50% de los estadounidenses tienen pre-diabetes o diabetes tipo 2. Cuando mi tío fue presidente y yo era un niño, la diabetes juvenil era efectivamente no existente, un pediatra típico vería un caso de diabetes durante toda su carrera de 40 ó 50 años. Hoy uno de cada tres que va a su oficina es diabético o pre-diabético, y el desorden miticondrial que causa la diabetes también causa alzheimer que ahora es clasificada como diabetes y está costando más a este país que el presupuesto de las Fuerzas Armadas cada año.
Ha habido una explosión de enfermedades neurológicas que nunca vi como niño, (menciona varias de esas enfermedades), en el año 2000 la tasa de autismo era 1 por cada 1500, y de acuerdo a la CDC ahora la tasa de autismo es de 1 por cada 36 niños a nivel nacional, y nadie está hablando de eso. Uno de cada 22 niños en California tiene autismo, y esta es una crisis en la que el 77% de nuestros niños están demasiado inhabilitados como para servir en las Fuerzas Armadas de EEUU. ¿ Qué le está pasando a nuestro país ? y ¿ por qué no está esto en los titulares cada día ? No hay nadie más en el mundo qu esté experimentando esto, esto solamente está sucediendo en Estados Unidos. Y por cierto, no han habido cambios en los diagnósticos, no han habido cambios en los filtros, como a algunas veces le gusta decir a la industria, este es un cambio en incidencias. En mi generación como un hombre de 70 años, la probabilidad de autismo era de un 1 en 10 mil, en la generación de mis niños, 1 en 34, y repito, en California es 1 por cada 22, por qué estamos permitiendo que esto suceda, por qué estamos dejando que esto le ocurra a nuestros niños ? Ellos son los más preciosos activos que tenemos en este país, cómo dejamos que esto les suceda ?
Cerca de 18% de los adolescentes estadounidenses tienen hígado graso, es cerca de uno de cada cinco, cuando yo era niño eso solo afectaba a los alcohólicos de estado terminal y avanzada edad. Las tasas de cáncer se incrementan fuertemente en los jóvenes y viejos, y en los adultos jóvenes ha aumentado un 79%, una de cada cuatro mujeres estadounidenses toman medicamentos antidepresivos, 40% de adolescentes tiene algúna diagnosis sobre salud mental y 15% de los colegiales tomand Aderall y medio millón de niños en SSRS.
¿ Qué está causando este sufrimiento ? Nombraré a dos culpables.
El primero y el peor son las comidas ultraprocesadas. El 70% de la dieta de los niños estadounidenses es ultraprocesada, eso significa que es manufacturada industrialmente en una factoría. Estos alimentos consisten primariamente de azúcar procesada, granos ultra procesados y aceites de semillas. Científicos de laboratorios que previamente trabajaron para la industria del cigarro, que compró todas las grandes compañías de alimentos en los 1970s y 1980s, desplegó a cientos de científicos para encontrar químicos, nuevos químicos, para hacer a la comida más adictiva, y estos ingredientes no existían hace 100 años y los humanos no están adaptadso biológicamente para comerlos. Cientos de estos químicos están prohibidos en Europa, pero están omnipresentes en alimentos procesados estadounidenses.
El segundo culpable son los químicos tóxicos en nuestros alimentos, en nuestras medicinas, en nuestro medio ambiente, pesticidas, aditivos alimenticios, drogas farmacéuticas y desperdicios tóxicos permeabilizan cada célula de nuestros cuerpos. El asalto a las células y hormonas de nuestros niños no tiene descanso, y para mencionar uno solo de estos problemas, varios de estos químicos incrementan el estrógeno porque los niños pequeños están consumiendo tantos de estos disruptores de hormonas que la tasa de pubertad en Estados Unidos ahora ocurre entre los 10 y 13 años de edad, sesi años antes de lo que las niñas alcanzaban la pubertad en 1900. Nuestro país tiene la tasa de pubertad más temprana de cualquier continente en la Tierra, y no, esto no es por una mejor alimentación, esto no es normal. El cáncer de mama también es derivado del estrógeno y ahora golpea a una de cada ocho mujeres. Estamos envenenando en masa a todos nuestros niños y a nuestros adultos.
Considerando la tan severa causa humana de esta trágica epidemia de enfermedades crónicas, parece superfluo mencionar el daño a nuestra economía, pero diré que está desbaratando las finanzas de la nación. Cuando mi tío era presidente, nuestro país gastaba cero dólares en enfermedades crónicas. Hoy el gasto gubernamental en tratamientos de salud es casi todo para enfermedades crónicas y es el doble que el presupuesto militar, y es el ítem presupuestal que más rápido crece en el presupuesto federal.
Las enfermedades crónicas cuestan más a la economía como un todo, costan por lo menos 4 billones de dólares, cinco veces nuestro presupuesto militar, y es un costo de 20% sobre todo lo que hacemos y todo a lo que aspiramos. Las comuidades minoritarias sufren desproporcionadamente y la gente que se preocupa por DEI (Diversity, Equity, Inclusión) o cualquier discriminación, esto es gigante en comparación. Estamos envenenando a los pobres, estamos envenenando sistemáticamente a las minorías a lo largo de este país.
Los lobistas de la industria se han asegurado que la mayoría de los programas de asistencia alimentaria tengan un 70% de alimentos procesados, hasta un 77% en los almuerzos que ofrecen en los colegios, no hay vegetales, nada que quisieras comer, estamos envenenando a los pobres ciudadanos y es por eso que tienen la más alta carga de enfermedades crónicas que cualquier otro segmento demográfico en nuestro país, y el más alto en el mundo.
Y el mismo lobby industrial que se asegura que casi todos los subsidios para la agricultura vayan a los cultivos de commodities que son la base de la industria de alimentos procesados; estas políticas están destruyendo a las pequeñas granjas y están destruyendo nuestras tierras. Le damos al cigarro más de ocho veces los subsidios que le damos a las frutas y vegetales, no tiene sentido si queremos un país saludable.
La buena noticia es que podemos cambiar todo esto. Lo podemos cambiar muy, muy rápido. Estados Unidos puede volver a ser saludable. Y para hacer eso, tenemos que hacer tres cosas: Tenemos que sacar la corrupción de nuestras agencias sanitarias, segundo tenemos que cambiar los incentivos para nuestro sistema de cuidado a la salud, y tercero, tenemos que inspirar a los estadounidenses que para que vuelvan a ser saludables.
– Fin de Cita –
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