Dianca desguaza la fragata Almirante García de la Armada de Venezuela
Una de seis fragatas Lupo, varada desde 2004 en instalaciones de Dianca
maquina-de-combate.com – La empresa estatal venezolana Diques y Astilleros Nacionales C.A. (Dianca) ha iniciado el proceso de desmantelamiento y desguace de la fragata F-26 ARV Almirante García, una de las seis fragatas Lupo de la Armada de Venezuela.
La fragata ARV Almirante García estaba en fila para un proceso de modernización similar al que fueron sometidas las fragatas F-21 ARV Mariscal Sucre y F-22 ARV Almirante Brión en astilleros de Ingalls Shipbuilding, en Estados Unidos, pero la falta de presupuesto de la Armada de Venezuela para siquiera terminar de pagar los costosos trabajos de modernización de las dos primeras fragatas, terminaron por frustrar la actualización de la ARV Almirante García, quedando varada desde el año 2004 en instalaciones del astillero de Dianca en la localidad portuaria de Puerto Cabello, Venezuela.
Aún en litigio el pago de la modernización de las fragatas F-21 y F-22. El sistema judicial de Estados Unidos ha fallado a favor del Ingalls Shipbuilding en primera y segunda instancia, requiriendo que el gobierno de Venezuela desembolse más de 128 millones de dólares a favor del astillero con domicilio fiscal en Estados Unidos, sin incluir intereses.
En julio de 1992, la Armada de Venezuela firmó un contrato con Huntington Ingalls (que entonces operaba como Ingalls Shipbuilding) para la reparación y modernización de las fragatas F-21 ARV Mariscal Sucre y F-22 ARV Almirante Brión, con la previsión de iniciar labores en septiembre de 1992. Los trabajos fueron suspendidos en repetidas ocasiones y en octubre de 1994 se suspende el proyecto por falta de presupuesto. Un nuevo contrato se firmó el 18 de diciembre de 1997 por la abultada cifra de 315 millones de dólares para realizar los trabajos en el astillero de la empresa en la ciudad de Pascagoula, Mississippi.
En 2002, las diferencias entre las partes en torno a los pagos por los servicios ya aplicados en las fragatas, llevó a Huntington Ingalls a solicitar medidas cautelares y un proceso de arbitraje. Si bien, el contrato estipulaba que el arbitraje se realizara en Venezuela, la inestabilidad política en el país sudamericano fue el factor determinante para que las cortes de Mississippi aceptarán que el arbitraje se llevará a cabo fuera de Venezuela.
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